A cada deportista lo cuida, casi, un dirigente

Son siete los deportistas que el deporte nacional presentará en los Juegos Olímpicos de Invierno de Corea del Sur, pero cinco los dirigentes que viajaron acompañando a la delegación. El turismo con recursos públicos sigue desatado, mientras el populacho pena y muere por un fin de semana en El Tabo o Cartagena.

 

A los Juegos Olímpicos de Invierno, que se están desarrollando en Pyeongchang, Corea del Sur, el deporte chileno, como es lógico, concurrió con sólo siete deportistas. Henrik von Appen, Noelle Barahona, Claudia Salcedo, Yonathan Fernández, Dominique Ohaco, Kai Horwitz y Stephanie Joffroy, intentarán por cierto dar lo mejor de sí, aunque objetivamente sabemos que sus posibilidades de medalla son prácticamente nulas.

Objetivamente, además, tendríamos que darnos por más que satisfechos con el simple hecho de que nuestros siete competidores mejoren sus marcas. Dicho en forma clara, que se superen a sí mismos.

Si en aquellos deportes masivos, y por lo mismo mucho más populares, nos hemos ido quedando cada vez más dramáticamente atrás, en la máxima competición olímpica de disciplinas invernales nuestra distancia con el resto es sencillamente sideral.

Posibilidad de podio no existe. Salvo que ocurra un milagro. Pero un milagro con mayúsculas…

Esa cruda realidad, sin embargo, no arredró a nuestra dirigencia olímpica. Con un entusiasmo digno de mejor causa, a Corea del Sur viajaron cinco dirigentes. Si las matemáticas no me fallan, y vaya que toda la vida he sido un “tronco” para los números, casi un personero por deportista.

Que en anteriores ocasiones ha sucedido algo parecido no parece una buena excusa. Se trata de aprender de los errores y de los tibios palos que suele dar la prensa cuando surgen temas como este.

Perseverar en malas prácticas ya no es sólo una tontería, sino que una frescura que tiene mucho de desfachatez.

¿A quién se le puede ocurrir hacer turismo con dineros públicos? Mucho menos hoy, en que el populacho está harto de viajes sin sentido, simples vacaciones que, al cabo, pagamos todos.

Como aquellas que se daban –y según supe se siguen dando- concejales de municipios que, con el pretexto de capacitaciones chantas, recorrían el mundo de guayabera, lentes ahumados y máquina fotográfica al cuello.

Concejales de municipios pobres que, cuando se trataba de recorrer el mundo, olvidaban la pobreza, aunque para ello tuvieran que dejar como chaleco de mono a los partidos políticos que supuestamente representaban en comunas llenas de necesidades.

Frescura que, además, los cruzó a todos. Derechistas, “centristas” e izquierdistas de todos los pelajes olvidaban por completo sus diferencias ideológicas y sus pugnas políticas cuando se trataba de abordar un avión para capacitarse en Brasil, España, Italia o Tailandia, acerca de las cien maneras de preparar un “Melvin” (melón con vino, asopado), o la mejor forma de hacer trampas en la brisca y el “poto sucio”.

Que al lejano oriente viajaran Miguel Angel Mujica, Jorge Núñez y Patricia Anguita no tiene nada de censurable.

Mujica es el presidente del Comité Olímpico de Chile y no va a ocupar el sillón que ocupa por bolitas de dulce. Núñez se encarga de todos los temas técnicos y administrativos y con él en la delegación nuestros deportistas sólo deben preocuparse de lo que los llevó a esta instancia: competir. Y en cuanto a Patricia Anguita, el viaje le corresponde por derecho propio en su calidad de presidenta de la Federación de Esquí y Snowboard.

¿Qué hacen, en cambio, en Corea del Sur, Rodrigo Moreno, tesorero del COCH, y Luis Alberto Santa Cruz, director?

Salvo pasear, conocer, y por cierto pasarlo “chancho”, no se nos ocurre nada más.

El 11 de enero, tras un Plenario de Federaciones, el COCH puso el grito en el cielo luego que, a juicio de ellos, el Instituto Nacional de Deportes se estaba preparando para bajarle sustancialmente los aportes al organismo. Y aunque el IND, ya con la Ley de Presupuesto clarita y en la mano, les respondió el 22 del mismo mes con una considerada misiva que contribuyera a tranquilizarlos, queda la inequívoca impresión de que los dirigentes olímpicos desean ahora más que nunca que este gobierno cierre definitivamente  la puerta por fuera el próximo 11 de marzo.

Con mayor razón luego que, mientras por la Ley de Presupuesto son 269 millones de pesos los que el IND destinará al COCH durante 2018, los fondos por el Proyecto de Desarrollo Estratégico (PDE) bajarán de 550 a 500 millones para este año que recién comienza.

Una apretada de cinturón que, ciertamente, no dejó para nada contento a Mujica y su directorio.

Tal parece que, de pura rabia por tanto amarrestismo y tanta incomprensión, los dirigentes del COCH decidieron hacer zumbar los 75 millones destinados al proyecto de financiamiento de los Juegos Olímpicos de Invierno, subiendo al avión a un par de colados.