Cero Aporte: Ignacio González, por la puerta chica

Para quienes siguieron asiduamente el fútbol argentino en los ’90, el “Nacho” González fue un referente en el arco, sobre todo en Racing Club, donde jugó más de 130 partidos entre 1991 y 1997, y fueron sus últimos años en la “Academia”, los que más hicieron notar al portero en su carrera.

Lo anterior porque en 1996 se convirtió en el primer arquero del balompié trasandino en marcar dos goles de penal en un partido (incluso antes de Chilavert) y en 1997 formó parte de la Selección albiceleste en la Copa América de Bolivia, donde lució extrañamente el número 10 en su camiseta.

Tras su paso por el club de Avellaneda, González disputó algunos partidos por Newells, que le sirvieron para pavimentar su paso al extranjero. Unión Deportiva Las Palmas fue su estación más prolífica en el exterior: en tres períodos en el club acumuló 102 partidos y anotó seis goles, entre medio, celebró el primer título de su carrera en el Pachuca mexicano (1999) y registró nuevos pasos en el futbol de su país que lo llevaron a meditar la opción de retirarse en 2004.

Sin embargo, su arribo a Unión Española a inicios de 2005, sorprendió y remeció el mercado nacional, pues “Nacho” llegó tras su inactividad con la misión de reemplazar a José María Buljubasich, que había hecho una buena campaña en Santa Laura.

“Me sorprendió el llamado de la gente de Unión Española. Es más, estaba casi resignado a jugar en un equipo del Nacional B de Argentina y esta posibilidad no la podía desaprovechar. Por eso, al final dejé de lado la cláusula” (nota: quería fichar sólo por un semestre en Unión Española, pero finalmente arregló por un año).

El andar de González fue de más a menos en la tienda hispana. Si bien logró mantener su arco en cero las dos primeras fechas, con el correr de los partidos evidenció que no era prenda de garantía en la valla, recibiendo 15 tantos en las siete jornadas siguientes. A pesar de eso, los de Santa Laura lideron su grupo del torneo, lo cual permitió asegurar el cupo a postemporada.

Tres fechas antes del final de la fase regular, la Unión Española visitó el Municipal de San Felipe en lo que pudo ser un partido más en su bitácora. El compromiso se desarrolló con normalidad hasta los 38 minutos del primer tiempo. Los locales vencían por 1-0 con gol de Pablo Fuenzalida (21’).

Sin embargo, una jugada intrascendente motivó una fuerte discusión entre González y Enrique Osses (juez del partido): tras un ademán del arquero, el árbitro le advirtió “si vuelves a hacer ese gesto, te echo”, “¿Por qué me tratas mal?” le respondió el meta. Así, en un pin pon que se extendió por segundos hasta que González se abalanzó sobre Osses, tomándolo del cuello en una clara agresión que provocó la caída y rápida recuperación del árbitro y que por esos días dio vuelta al mundo.

Lo que vino después fue escandaloso, el portero expulsado, detenido por Carabineros y puesto a disposición de la justicia por infringir la Ley de Violencia en los Estadios. Entre tanto alboroto, San Felipe venció por 2-1 y en Unión apareció Jaime “Sam” Bravo como nuevo arquero titular, adueñándose del arco hasta la final donde se produjo la consagración hispana tras derrotar a Coquimbo Unido.

La sanción, que se verificó tres días después del episodio en San Felipe, fue ejemplar: 22 partidos de suspensión al arquero, que pusieron rápido fin a su aventura chilena.

En la hora de la celebración, no hubo espacio para el suspendido guardameta, que se expresó con dolor al sentirse olvidado por el plantel rojo a la hora de los festejos. Finalmente, tras su olvidable paso por Santa Laura, Nacho González pactó su salida de Unión Española, para jugar un par de temporadas más y despedirse en Las Palmas, que claramente fue su lugar en el mundo fuera de Argentina.