Colo Colo: un canto a la impotencia

El cuadro albo resignó su pálido invicto cayendo en su estadio por 2 a 1 frente a la Universidad de Concepción. No sólo jugó mal, sino que produjo muy poco ofensivamente y ni siquiera supo aprovechar la ventaja numérica con la que contó durante media hora. Pablo Guede comienza a perder el escaso crédito que le resta, y ni pensar lo que puede pasar si el próximo fin de semana la “U” termina con una paternidad alba de 16 años en el Monumental.

Colo Colo fue un canto a la impotencia. Una vez más, no sólo no pudo ganar en el estadio Monumental, sino que resignó su invicto frente a una Universidad de Concepción que, imponiéndose por 2 a 1, supo sacar partido de su orden para neutralizar al cuadro albo y aprovechar casi en un ciento por ciento las pocas oportunidades que tuvo.

Eso, en el fútbol, se llama contundencia, y constituye por cierto todo un  mérito. Sobre todo si se considera que Colo Colo tuvo la pelota la mayor parte del encuentro, que dominó, y que hasta jugó 26 minutos en superioridad numérica que no le sirvió de nada, porque no contó con ninguna oportunidad clara.

Se trató Colo Colo de un cuadro absolutamente nublado, que no encuentra su juego, que busca por todos lados sin procurarse el claro. Y como nada la resulta, ni siquiera los cambios que intenta Guede, al final sus jugadores se pasan de revoluciones en la refriega. Es decir, no sólo se muestran absolutamente incapaces de superar al adversario, sino que caen en el descontrol que trae aparejada, como es lógico, una imprecisión que a ratos exaspera.

La derrota, por cierto, no le podía llegar a Colo Colo en el peor momento: en la víspera del Clásico, el próximo fin de semana, frente a Universidad de Chile. En otras palabras, futbolística y anímicamente, el Cacique parece más vulnerable que nunca para resignar esa incontrarrestable paternidad que ha impuesto sobre el archirrival en los últimos años.

A la hinchada alba, como es lógico, parece que ya se le están apareciendo los viejos fantasmas que han marcado hasta ahora el paso de Pablo Guede por la banca alba. Si en el primer torneo en que dirigió resignó tempranamente su opción al título perdiendo una cantidad respetable de puntos jugando en su cancha, en el segundo pareció subsanar aquello, pero igual no le alcanzó para lograr el campeonato y la estrella número 32, tras flaquear increíblemente en la penúltima jornada.

La Universidad de Concepción, que en este torneo sólo había cosechado tres paridades, desnudó la incompetencia de Colo Colo con el simple expediente de mandar a Camargo en la marca de Valdivia y marcar de cerca a otros que, como Valdés y Fernández, se supone también producen juego. Y como el cuadro albo no tiene desborde por las bandas, y ausente Paredes pierde peso en el centro del área, al final todo quedaba reducido a combinaciones inocuas que no llegaban a ninguna parte.

Colo Colo tenía la pelota y manejaba las acciones aunque sin producir daño, pero bastó que el lateral izquierdo De la Fuente se atreviera con un veloz desborde para que su centro fuera empalmado casi en la boca del arco por un Huentelaf que se les perdió completamente a los hombres que teóricamente debían marcarlo.

Corría el minuto 17 y el silencio que se apoderó del Monumental constituyó todo un presagio. Con mayor razón luego que la ofensiva alba siguiera chocando y fallando una y otra vez en su tentativa de superar el cerco que el cuadro penquista la tendía.

Apenas reanudada la segunda etapa, pareció que Colo Colo podía encontrar el rumbo y quedarse con los puntos. Porque no es frecuente que, antes del minuto de juego, alcanzara la paridad. Un pivoteó de Rivero no pudo ser controlado por el central Alarcón, que dudó si en dominarla o rechazar de primera, y eso lo aprovechó Orellana, ingresado recién en reemplazo de Suazo, para robarle el balón y batir a Muñoz con un medido zurdazo.

Pero la alegría y la tranquilidad no le duraron mucho a Colo Colo. Manríquez, con un balazo desde fuera del área, batió completamente a Orión, que en su estirada vio cómo dramáticamente el balón se le iba alejando para alojarse en las redes casi pegado al vertical.

El Cacique debía comenzar nuevamente a remar contra la corriente, pero lo peor es que no tenía ni fútbol ni cabeza fría para intentar el vuelco.

Tampoco pareció tenerla Guede, que sacó a Valdés y a Fernández para hacer ingresar a Maturana y Bolados. Y no es que los volantes lo estuvieran haciendo particularmente bien, sólo que los ingresados no pudieron demostrar nunca que eran la solución que Colo Colo esperaba.

La idea era obvia: abrir la cancha, jugar por las alas. Teóricamente, impecable movida. El problema fue que Maturana, cargado por la banda derecha, produjo muy poco, al paso que por la izquierda Bolados no desbordó nunca, salvo en una oportunidad, para terminar tirando un centro absolutamente insulso.

Baste decir que la única oportunidad alba para haber cambiado su suerte corrió por cuenta de Zaldivia, en medio de la desesperación transformado en un volante más. El central cazó una pelota en las afueras del área y le dio con todo, pero lo que parecía gol –porque Muñoz estaba absolutamente batido- sólo quedó en un remate que dio en la base de vertical sin nadie cerca para haber cazado el rebote.

Y eso fue todo. Porque hasta Valdivia terminó confundido y ofuscado. Consecuencia: nunca pudo producir lo que de él se espera siempre, esto es, el pase preciso, la habilitación profunda que sirve para superar las cerradas líneas rivales.

La incapacidad alba fue tal, que nunca quedó la impresión de que –efectivamente- jugaba con superioridad numérica. En el minuto 64, cuando Valdivia escapaba solo en demanda del gol, Berríos lo bajó antes que entrara al área. En otras palabras, la tarjeta roja estaba plenamente justificada, sólo que ni esa ventaja pudo ser explotada por un Colo Colo que, lenta pero al parecer inexorablemente, se despoja de su traje de candidato.

Se vienen días tormentosos en Pedrero.

Esta derrota, que no estaba en los cálculos de nadie, caló hondo en el ánimo de la hinchada.

Y ni qué decir lo que puede pasar si, en una semana más, Colo Colo llega a perder frente a la U en el Monumental, después de largos 16 años.

El poco crédito que estas alturas está teniendo Guede, terminaría por agotarse. Porque una cosa es resignar un título y otra bien distinta volver a resignarlo tempranamente cayendo frente al rival de siempre en el Monumental.

PORMENORES

Torneo de Transición. Cuarta fecha.

Estadio: Monumental.

Público: 17.432 espectadores.

Arbitro: Julio Bascuñán.

COLO COLO: Orión; Zaldivia, Barroso, Meza; Campos, Baeza, Suazo (46’ Orellana); Fernández (62’ Maturana), Valdivia, Valdés (62’ Bolado); Rivero.

  1. DE CONCEPCION: Muñoz; Berríos, Alarcón, Mencia, De la Fuente; Lepe (87’ Portillo), Manrique, Camargo, Droguett; Ponce (78’ Barreto) y Huentelaf (66’ Pacheco).

Goles: Para la Universidad de Concepción, Huentelaf, a los 17’ y Manríquez a los 51’. Para Colo Colo, Orellana a los 46’.

Tarjetas amarillas: En Colo Colo, Zaldivia, Valdés, Barroso y Baeza; en Universidad de Concepción, Lepe, Manrique, De la Fuente y Camargo.

Tarjeta roja: En el minuto 64, Berríos, de la Universidad de Concepción.