Diego Aguirre: sin recuerdos en Temuco

1998 fue un año olvidable e inolvidable para Deportes Temuco: olvidable por la pésima campaña que ofreció el equipo de la Novena Región, e inolvidable por el desfile de jugadores que asomaron por el Ñielol y que se quedaron en la promesa de que sería una gran temporada, sin cumplir con los pergaminos que cargaban en sus currículums.

De estas decepciones nos centraremos en la figura de Diego Aguirre, insigne goleador uruguayo y ampliamente recordado por la afición de Peñarol. Y también por la de América de Cali, pues su gol convertido en el minuto 120 privó a los colombianos de ganar la Copa Libertadores en 1987, otorgando la quinta consagración continental al equipo “Manya”.

Aguirre llegó a inicios de la temporada 98 hasta la Novena Región, en busca de revalidar su respetable historial, que no solo se limitaba a aquel mítico gol del 31 de octubre de 1987 en el neutral Estadio Nacional de Santiago. En su ficha aparecían pasos por el fútbol brasileño, argentino y español, y provenía de la liga salvadoreña donde se había consagrado campeón con el FAS. Sin embargo, la imagen de uruguayo  en Deportes Temuco distó de todos sus antecedentes.

Tras un prometedor inicio en la Copa Chile, donde Aguirre anotó el gol del triunfo ante Provincial Osorno, el elenco de la Araucanía logró dominar su grupo, instalándose incluso en semifinales del certamen, instancia en la que cayó con Audax Italiano por un global de 2-0.

Luego del Torneo de Apertura, Temuco debió enfrentar el inicio del campeonato “largo” de 30 fechas con la expectativa de un equipo armado para discutir la parte alta de la tabla, donde incluso asomó Reinaldo “Mostaza” Merlo como entrenador. Al plantel se sumaron Oscar Dertycia -ya analizado en esta sección-,  Alex Magallanes -uno de los pocos que zafó del naufragio colectivo-, Nelson Cossio, Marcelo Fracchia, y Walter Otta. Pero tras seis fechas, los resultados mostraban exiguos dos puntos, incluido un vergonzoso 9-0 en contra propinado por Palestino en la cuarta fecha, motivado en parte por la presentación de jugadores juveniles en protesta por la demora en el pago de sueldos.

A esa altura el aporte de Diego Aguirre se podía traducir en escasos cuatro partidos, donde a duras penas sumó 300 minutos. Tras la reanudación del campeonato, después del Mundial de Francia, el equipo -ya sin las estrellas que prometieron animar el torneo-, enhebró algunas buenas actuaciones que lo llevaron a conseguir 26 puntos en 24 fechas. Sin embargo, el descalabro institucional fue más fuerte y en la penúltima jornada Temuco ni siquiera se presentó ante Deportes Concepción, lo que fue sancionado con la resta de quince puntos, lo que confirmó su descenso e hizo entrar al club en receso de cara a 1999.

Lo que vino después fue el saneamiento de una institución que hoy observa como una anécdota los hechos que sacudieron al Germán Becker en un no tan lejano 1998, en años en que hasta el nombre de Diego Armando Maradona se escuchó como posible refuerzo.

En la actualidad, Diego Aguirre desarrolla una interesante carrera con entrenador, que lo ha llevado desde 2002 por equipos de Uruguay, Ecuador, Perú, Qatar, Brasil y Argentina, alcanzando su mayor figuración con Peñarol, donde llegó a la final de la Libertadores 2011. Hoy dirige a San Lorenzo de Almagro, club en el que tiene bajo sus órdenes al defensor chileno Paulo Díaz, y que se enfrentó a Universidad Católica en la presente edición de la Copa.