Everton ve la luz para hallar por fin justicia

El club “oro y cielo”, usurpado a sus hinchas desde 2006 y ahora en poder de los inversores mexicanos del Pachuca, ha sido víctima de todo tipo de atropellos de parte de la Sociedad Anónima que lo regenta. La voz de la Corporación jamás ha sido escuchada y los muchos juicios iniciados abortaron porque –curiosamente- los cinco abogados contratados consecutivamente desertaron. El fiscal Carlos Gajardo, sin embargo, se comprometió ahora a incluir el caso viñamarino en los varios hechos de corrupción que él y su equipo están investigando.

Tras años de ver cerradas todas las puertas, incluso las judiciales, La Corporación Everton de Viña del Mar puede ver por fin una luz de esperanza: el fiscal Carlos Gajardo recibió a su presidente, Manuel Castillo, escuchó atentamente sus quejas en contra de la Sociedad Anónima Deportiva que regenta al club “oro y cielo” y se comprometió a investigar la veracidad de las muchas denuncias que, hasta ahora, no han encontrado ningún eco en las instancias pertinentes.

De ratificarse la intención del fiscal Gajardo, el caso de Everton vendría a sumarse a las muchas aristas investigadas por la fiscalía Oriente de delitos de alta complejidad, y que van desde el bullado caso de Deportes Puerto Montt por 500 mil dólares que desaparecieron misteriosamente de sus arcas, hasta el llamativo hecho de que millones y millones de dólares recibidos por los clubes chilenos Sociedades Anónimas Deportivas fueran supuestamente destinados a sus series menores (o Fútbol Joven, como le gusta llamarlas a ellos para facilitar la comisión de las muchas trampas llevadas a cabo a lo largo de más de una década de vida del nefasto sistema), en circunstancias que la inmensa mayoría de los clubes no puede mostrar ninguna inversión importante, por ejemplo, en infraestructura.

El fiscal Gajardo y su equipo de investigadores, sin necesidad de escarbar demasiado, entendieron que esto de recibir dineros para el Fútbol Joven no era más que una burda y reiterada martingala para pagar menos impuestos y seguir estafando al Fisco nacional.

Castillo no salió eufórico ni mucho menos de la oficina de Carlos Gajardo. Después de todo, son años de quejas y recursos judiciales sin destino. Sin embargo, se atreve a señalar que “por lo menos fuimos por primera vez escuchados, porque hasta ahora hemos sido víctima de todos los poderes fácticos de este país. ¿Alguien nos creería, por ejemplo, que en Chile, que es según todos un Estado de derecho, hemos tenido ya cinco abogados que después de cobrarnos sus emolumentos desistieron de seguir adelante sin darnos jamás motivos valederos? Y, sin embargo, es rotundamente cierto”.

Castillo se define como “un iluso irremediable”. No sólo porque en estos años de lucha en contra de la Sociedad Anónima Deportiva que regenta a Everton lo ha perdido todo, sino porque fue uno de los que creyó en los iniciales cantos de sirena del sistema y hasta suscribió el acuerdo inicial en que la Corporación Deportiva Everton pasaba a tener el 20% de la propiedad del club, quedando la concesionaria con el 80% restante.

“No tardamos mucho –dice Castillo- en percatarnos de que nos habían vendido un caramelo envenenado. La Sociedad Anónima que a partir del año 2006 comenzó a manejar el club nos inventó una deuda de 670 millones, que nosotros jamás reconocimos, para rematarnos la histórica sede de calle Viana. El avalúo fiscal de la propiedad (exhibe papeles), era de $ 746 millones, lo que significa que su valor comercial superaba con largueza los mil millones; sin embargo, curiosamente, fue rematada en… 670 millones. A estas alturas tengo derecho a no creer en las coincidencias, ¿no le parece?”.

Pero no fue el de la sede el único caso que no puede producir al menos curiosidad en este “forzado matrimonio” entre Corporación y SAD.

Bajo la presidencia del doctor Marín, es decir, muchos años antes de que en el país se implantara este sistema de Sociedades  Anónimas Deportivas en el fútbol nacional, Everton había conseguido, en el sector de Reñaca Alto, un comodato por 50 años de tres hectáreas de terreno de parte de la municipalidad para el funcionamiento y desarrollo de sus series inferiores. No sólo eso: atendiendo la labor social que allí se realizaría, toda vez que la mayoría de los chicos provenían de sectores marginales y por lo tanto vulnerables de la “Ciudad Jardín”, el municipio aportó por años, además, una importante subvención para la realización de obras necesarias, como camarines, gimnasio, salas de reunión y mantenciones varias.

Castillo cuenta que todo cambió drásticamente a poco de funcionamiento de la Sociedad Anónima Deportiva:

“La municipalidad, es decir, la alcaldesa Virginia Reginatto, partió por quitarnos la subvención. Tiempo después, nos quitó los terrenos, aduciendo que nosotros no estábamos realizando allí ninguna obra. ¿Y cómo íbamos a realizar las obras si nos habían quitado los recursos que nosotros destinábamos a ese efecto? Los aportes del municipio pronto cambiaron de destinatario: en lugar de ir en ayuda de la Corporación Everton, que no perseguía el lucro, fueron destinados al Fútbol Joven del club, que contra toda la legalidad también se lo apropió la Sociedad Anónima. En otras palabras, con dineros municipales se fortalecía un negocio de privados”.

-Se suponía que la ley sólo facultaba a las Sociedades Anónimas Deportivas para manejar el fútbol profesional de cada institución. Pero pronto se vio que ellos no lo estimaban así: se apropiaron de todo. De las series cadetes, las ramas deportivas no profesionales y, en el caso de Colo Colo, hasta de su estadio, sin pagar jamás un peso por su arriendo a la Inmobiliaria.

Responde Castillo:

“Efectivamente, y lo peor de todo es que, vulnerando la propia ley que facilitó su creación, las Sociedades Anónimas Deportivas han hecho lo que han querido. Para reclamar en contra de esta ilegalidad y el grosero abuso de que hemos sido víctimas las pocas Corporaciones que aún seguimos activas, en agosto de 2014 la Comisión de Deportes de la Cámara de Diputados accedió por fin a recibirnos, después de innumerables peticiones en tal sentido. Escucharon atentamente –supongo- los muchos antecedentes que entregamos, pero la respuesta del diputado Tucapel Jiménez, fue demoledora. Tras encontrarnos la razón nos dijo: ‘Vayan a hacer estas denuncias al Ministerio Público’. Uno tiene derecho a preguntarse, entonces, ¿y para qué están ellos, como legisladores, sino es para estudiar los vacíos de las leyes y sus groseras vulneraciones?”.

Consultado Castillo si alguna vez habían acudido al municipio viñamarino para preguntar el por qué primero les habían quitado la subvención y luego los terrenos de Reñaca, señala:

“Intentamos muchas veces que nos recibiera la señora Reginatto, sin ningún éxito. Y ello a pesar de que hubo un par de medios nacionales independientes que habían denunciado, con caracteres de escándalo, el hecho de que dineros municipales fueran entregados para el beneficio de privados. Por lo que sabemos, la alcaldesa sigue entregando a la Sociedad Anónima la subvención que hace años nos negó a nosotros, sólo que ahora, en lugar de ser 60 millones, son 90”.

-¿Y cuál es el argumento de entregar aportes del municipio, es decir, dineros de todos los viñamarinos, a un club que sólo persigue el lucro para sus accionistas?

“Los próceres de la Sociedad Anónima original, entre ellos Martínez y Bloise, inventaron su propia Corporación Everton, sólo que esta es presidida por Carlos Salazar Duarte, un dirigente que, integrando nuestra legítima Corporación original, prefirió actuar luego a favor de ellos. Lo escandaloso es que reciben los aportes utilizando nuestro propio RUT. Así de desembozados han sido”.

-¿Pero es que ustedes nunca han denunciado eso?

“Como le decía al comienzo, lo intentamos muchas veces, pero sin ningún éxito. Abogado que contratábamos para presentar los recursos judiciales pertinentes, abandonaba pronto el caso, sin darnos ninguna explicación satisfactoria. Pronto entendimos que nos enfrentábamos a fuerzas muy poderosas. Si hasta el diputado PPD Rodrigo González no trepidó en ponerse de lado del usurpador Carlos Salazar. ¿Cómo cree usted que pudieron inventarnos una deuda ficticia para rematarnos la sede? Con la desinteresada colaboración de dos dirigentes nuestros que se prestaron para simular que en el juicio nos representaban, sin haber tenido nunca la autorización ni un poder nuestro. ¿Y sabe lo que es peor de todo esto? Que la SAD se compró a personeros y políticos de todos los colores. En la presidencia de Sabastián Piñera asumió como director de deportes regional del IND el señor Carlos Oliver, que en cuatro años jamás nos aprobó un proyecto, y en cambio ayudó en todo lo que pudo a la regencia del club. Sólo por esas coincidencias de la vida, en 2014, cuando por el cambio de gobierno tuvo que dejar su cargo gubernamental, pasó al día siguiente a desempeñarse como gerente de la Sociedad Anónima”.

-El adversario actual, nos parece, es incluso más poderoso. Los inversores mexicanos del Pachuca no llegaron al país para comprarse problemas judiciales.

“Estamos absolutamente claros. Si peleando contra una Sociedad Anónima Deportiva conformada por empresarios nacionales jamás conseguimos nada, sería iluso pensar en que ahora vamos a tener mejor suerte”.

-¿Y que podría seguir moviéndolos, entonces, en esta lucha al parecer sin destino?

“La seriedad y acuciosidad del fiscal Gajardo, un prosecutor que al parecer está decidido a terminar con la corrupción que parece haberse enquistado en la sociedad y, lógicamente, también en el fútbol. Lo digo con toda claridad: nuestra única esperanza de justicia está puesta en él”.

-¿Ustedes nunca hicieron sentir su voz cuando los regentes nacionales decidieron vender la Sociedad Anónima Deportiva Everton a inversores mexicanos?

“¿Y de qué forma podíamos lograr un espacio de expresión cuando la prensa nacional durante todos estos años ha sido cómplice y alcahueta de este sistema corrupto? Salvo ustedes, y uno que otro medio que para colmo no tiene al deporte como tema prioritario, nadie más nos escucha ni nos brinda un espacio. ¿Cómo puede ser que los regentes de Everton vendieran al club a fardo cerrado a los mexicanos sin que nadie se extrañe y luego se escandalice? En la negociación estaban incluidos no sólo bienes que nos quitaron de forma absolutamente irregular, sino cientos de niños de las series inferiores. ¿Cómo nadie dice nada? ¿Cómo el Gobierno y sus organismos pertinentes, como el Ministerio de Justicia, el de Deportes y el Sernam, nada dice por este verdadero tráfico de menores que se concretó el año pasado con la venta a los mexicanos?”.

-Según supimos, los mexicanos hasta se hicieron de un hotel que funciona en los terreños de Reñaca Alto que ustedes tenían en comodato…

“Así es. Un hotel que, con dineros entregados por la ANFP, se levantó para servir de sitio de concentración de la Selección Argentina para la Copa América de 2015, en el país. Resulta que el recinto es otra fuente de ingreso para los mexicanos, que por este hotel al menos no pusieron ni un solo peso, toda vez que se levantó con recursos que le pertenecían a todo el fútbol chileno y que después le condonaron a la Sociedad Anónima. ¿Y alguien en este país sabe cuánto pagaron los mexicanos por adueñarse de un club chileno? ¿Alguien conoce lo que se echaron al bolsillo los sacrificados accionistas nacionales que llegaron a Everton con la intención de hacer al club más grande?”.