Huachipato dejó en blanco a Colo Colo

Fue un balde agua fría el que cayó sobre el público del Monumental cuando el juez, Eduardo Gamboa, pitó el final de la brega. Colo Colo, puntero invicto y de gran campaña para los parámetros locales, no había podido frente a Huachipato, debiéndose conformar con una paridad sin goles que, al cabo, era lo más parecido a una derrota.

Mirado fríamente, sin embargo, el público albo no tenía mucho derecho a lamentarlo. Para decirlo pronto y claro, el Cacique la había sacado barata y, en esas condiciones, el punto era incluso excesivo premio para lo que había sido una actuación sin luces y con demasiados jugadores actuando a muy bajo nivel.

Huachipato no sólo había sido mejor: había dispuesto de las oportunidades más claras y pudo perfectamente llevarse los tres puntos de haber estado sus delanteros más finos a la hora de definir. El otro obstáculo insalvable fue el meta Garcés, que se revindicó largamente de un grosero error cometido para al final evitar la derrota de su cuadro.

El cuadro de Guede, en el papel, no podía encontrar un rival más propicio para sumar un nuevo triunfo y, de esa forma, continuar en solitario al tope de la tabla. Huachipato venía de tres derrotas consecutivas y otras estadísticas, mucho más acuciosas, señalaban que el equipo de la usina en 19 encuentros como forastero sólo había podido ganar una vez.

Pero esa diferencia de capacidades jamás pudo reflejarse en el terreno de juego. Con un orden defensivo impecable, Huachipato desarmó además con su presión a Colo Colo, que nunca pudo tener la tranquilidad de salir con la pelota limpia desde el fondo.

En ese trámite, además, naufragaron absolutamente los “cerebros” albos, esos jugadores en los cuales confía Pablo Guede para nutrir a sus delanteros y meter balones con ventaja. Ni Fernández ni Valdés pudieron sacudirse nunca del anticipo constante del que fueron objeto. Y cuando intentaron tocar de primera, para poder zafarse, carecieron absolutamente de claridad y precisión.

Poco fue lo que Colo Colo pudo producir ofensivamente. Recién finalizando la primera etapa, Paredes pudo exigir a Lampe, cabeceando en semi palomita un tiro de esquina servido por Fernández.

En el otro arco, en cambio, Garcés había debido trabajar mucho y bien seguido. Ya a los 2 minutos evitó el gol de la apertura, repeliendo un remate de Sagal que escapó solo tras superar la línea del “off-side”. Apenas dos minutos después, un mal despeje suyo lo capturó González tirando contra el arco desguarnecido, evitando el gol Barroso con un oportuno cierre. A los 24 minutos, tras una pelota perdida inexplicablemente por Fernández en el medio campo, sin que nadie lo apremiara, Huachipato armó una rápida contra abriendo hacia la izquierda, a la posición de Sagal. El centro del talquino lo empalmó en la boca del arco el paraguayo González, elevando increíblemente cuando ya los defensores albos habían sido superados y el meta estaba absolutamente batido.

Quedaba más: Garcés respondió bien ante otro zurdazo de Sagal y a los 38 fue salvado por el vertical, luego que entre Fierro y Baeza se hicieran un nudo y el balón lo ganara Valenzuela para rematar bajo.

Nada de lo que intento Guede para torcer el rumbo del partido en la segunda etapa le resultó. Véjar, ingresado por Figueroa, lesionado, volvió a repetir lo que de él se sabe: insinúa mucho más de lo que concreta. Tiene velocidad y una destacable habilidad, pero jamás termina bien la jugada. O mete el centro desmedido o tira al arco, sin puntería, cuando claramente hay opciones mejores.

El uruguayo Rivero, que reemplazó a un Vilches que esta vez no anduvo, tampoco logró superar la mediocridad colectiva alba, al paso que Bolados, ingresado por Fernández, no logró trascender por la banda derecha.

Como si todo esto fuera poco, hasta Paredes estuvo con las luces apagadas. Y cuando eso pasa, a Colo Colo le quedan pocas esperanzas. El goleador, esta vez, no tuvo muchas ocasiones de anotar e incluso pareció haber dejado en el camarín la formidable precisión que venía mostrando para habilitar con ventaja.

A favor del resultado, Huachipato fue ganando en aplomo y seguridad en la misma medida que Colo Colo se iba hundiendo en un juego impreciso y a ratos marcado por la desesperación. Los frecuentes errores en la entrega, los muchos balones perdidos a veces incluso no habiendo marca, las faltas cometidas y las varias amarillas que cosecharon sus jugadores, son muestra clara de su absoluta impotencia.

Quedó la impresión de que Colo Colo podía jugar una hora más y no iba a poder vulnerar a Lampe, que respondió acertadamente las pocas veces que le tocó intervenir.

Todo lo contrario de Garcés, que resultó fundamental para defender al menos el punto. Y es que, atacando menos en la segunda etapa, Huachipato siempre fue más claro, más directo y más punzante.

Producto de su mejor juego, y del desconcierto creciente que resultaba evidente en las filas albas, a los 85 minutos Huachipato armó un contragolpe más que propicio. Cargado hacia la izquierda, el paraguayo González despidió un furibundo derechazo que Garcés desvió al tiro de esquina en una volada soberbia.

Lo dicho: Colo Colo tropezó con el rival menos pensado. No sólo eso: dejó dudas que hasta el momento nadie se había planteado.

Por contraste, y como es lógico, Huachipato quedó más que satisfecho con el resultado. Sólo que, de haber tenido más ambición, pudo perfectamente volver a Talcahuano con la totalidad del botín.

PORMENORES

Torneo de Clausura. Séptima fecha.
Estadio: Monumental.
Público: 16.723 espectadores.
Arbitro: Eduardo Gamboa.

COLO COLO: Garcés; Fierro, Barroso, Campos; Figueroa (30´ Véjar), Valdés, Baeza, Suazo; Fernández (59´ Bolados); Vilches (59´ Rivero), Paredes.

HUACHIPATO: Lampe; Bizama, Merlo, Huerta, Sáez; Martínez (65´ Pontoni), Sepúlveda (79´ Robles), Povea (74´ Soteldo); Valenzuela; González y Sagal.

GOLES: No hubo.

Tarjetas amarillas: En Colo Colo, Barroso, Campos, Valdés y Baeza. En Huachipato, Sáez y Povea.