I love yoU baby: Universidad de Chile le puso un título a su «hazaña»

Más adversarios que nunca, al final la gloria de la U acentuó el fracaso de Colo Colo en una culminación de campeonato que consagró a 18° estrella de Universidad de Chile en el fútbol chileno, con el fantástico decorado humano de cincuenta mil personas festejando la vuelta olímpica en el Nacional y varios millones más que lo celebran a los largo del país.

Mientras Colo Colo conquistaba su victoria más dolorosa del año en La Serena -con las enseñanzas que ello entrega a sus caciques, Mosa y Guede-, la U consumaba su hazaña en un partido cargado de tensión y emotividad. La misma mediocridad del torneo, con una irregularidad increíble en todos los equipos, le dio al cabo un rasgo épico a la corona de los azules, que recién alcanzaron el liderato en la penúltima fecha, superando a un Colo Colo favorito que no tenía competidores tras su arranque invicto de las cinco primeras fechas.

Sin embargo, para lograr el objetivo, el cuadro del argentino Guillermo Hoyos debió superar la resistencia de un disciplinado rival, motivado por la trascendencia del encuentro e impulsado por su reconocida capacidad colectiva. Más allá de la anécdota del trámite, la jugada decisiva se produjo a los 21′ cuando Felipe Mora -al cabo goleador indiscutible del torneo- guapeó un centro y anotó la única cifra con una mediavuelta fulminante y un remate que llegó a la red entre las piernas del portero Cano, una figura sobresaliente de la fiesta. Es cierto que San Luis dio lucha siempre, pero las otras ocasiones también fueron patrimonio azul con un zurdazo imparable de Monzón a los 65′ y un tiro libre magistral de Pizarro, pegado al poste a los 69, que de nuevo neutralizó un manotazo de Cano.

El recuento de las emociones se copa con la desprolija ceremonia de premiación, los llantos de hinchas en las tribunas, los abrazos en la cancha y el trofeo yendo de mano en mano para brindar -imaginariamente- por el más justo campeón.

En rigor, en el balance la U no fue más que todos, pero tampoco fue menos que ninguno. Su repunte resultó notable por el oportunismo -cuando Colo Colo venía en caída libre- y porque sustentó su buen ordenamiento en el alza de sus principales figuras. De pronto, el elogio técnico a Hoyos exige moderación, porque los azules no expresaron nunca una revolución táctica, pero sumaron ordenamiento táctico y disciplina, la dosis justa para sustentar el desempeño del mejor plantel del fútbol chileno. Herrera en el arco, Jara en la defensa, Espinoza en el medio y especialmente Mora en el ataque le dieron la solvencia necesaria para dar el salto y atrapar en el aire la estrella que -por la defección de Colo Colo- le cayó del cielo…

Acaso, en rigor, Hoyos fuera el consejero sico-técnico ideal que el grupo necesitaba para calmar las tempestades internas y con un discurso humilde y espiritualista consiguió sacar lo mejor de las individualidades en beneficio del colectivo. Incluso, una graciosa frase suya dicha a menudo en señal de estímulo a los jugadores -I love you, baby- ya se incorporó al anecdotario de una campaña memorable que dio un nuevo título a la U luego de tres años, convirtiendo en hazaña lo que al principio asomaba como un sueño imposible…

 

Pormenores

Estadio Nacional

Público: 46.000

Árbitro:  Eduardo Gamboa

Universidad de Chile: Herrera, Schulz, Jara, Vilches, Beausejour, Espinoza, Reyes, Lorenzetti, Leiva (80´ Ubilla), Monzón, Mora (70′ Contreras), Benegas: DT: Ángel Hoyos.

San Luis: Cano, Gómez, Ramírez, Vicencio, Saavedra, Césped, Sepúlveda, Saavedra, Abán, Martínez, Escobar,

Gol:  21′ Felipe Mora