Ilustres en la despedida

La reciente y mediática llegada a Chile de Washington Sebastián Abreu, para jugar en Deportes Puerto Montt, sacudió inesperadamente el mercado de transferencias en el fútbol nacional, imponiéndose al menos por nombre a los clubes de Primera A que lentamente comienzan a armarse de cara al Torneo de Transición 2017. El arribo del uruguayo al cuadro salmonero aseguró su presencia en al menos veinticinco clubes durante su carrera profesional, y es que a sus 40 años se espera que el “Loco” queme sus últimos cartuchos como jugador en el elenco del sur de Chile, que sin duda vivirá una revolución por la llegada del mundialista en 2002 y 2010.

A raíz de la presencia de Abreu en canchas nacionales, hemos querido evocar a otros grandes cracks que llegaron a nuestro fútbol en el ocaso de sus carreras para despedirse de la actividad o para comenzar a enrielar un cercano retiro como profesionales:

  • Raimundo Orsi: El argentino puede considerarse como la primera mega estrella mundial que llegó a Chile. De manera silenciosa, y tras jugar en la alta exigencia por más de veinte años (Independiente de Argentina, Juventus de Italia, Boca Juniors, Flamengo y Peñarol), el “Mumo” hizo su aparición en Santiago National durante la temporada de 1943, con 41 años a cuestas. Además, ostentaba el título mundial obtenido con Italia en 1934, por lo que el impacto de su llegada a nuestra competencia debería haber sido superior a la casi indiferencia con que se recibió su aporte, que se resumió en una docena de partidos combinados con la dirección técnica. El vínculo de Orsi con Chile se hizo fuerte tras su retiro y falleció en Santiago en 1986.
  • Ángel Labruna: Por lejos, el jugador más importante en la historia de River Plate de Argentina. El “Feo”, tras militar durante veinte temporadas en el elenco argentino, se trasladó con 41 años hasta nuestro país para jugar en Rangers de Talca, donde sólo intervino en cinco partidos convirtiendo un gol. En su palmarés, el delantero ostenta la marca de más goles oficiales en River, mayor cantidad de títulos con los “Millonarios” (16), dos Copas América con la selección argentina, y la participación en la copa mundial de 1958 en Suecia, donde el seleccionado trasandino fue eliminado en primera ronda. Falleció en 1983, época en que se desempeñaba como director técnico de Argentinos Juniors.
  • René Houseman: El “Loco” es uno de los máximos referentes en la historia del club Huracán de Argentina, al que guio en 1973 a la obtención de su único campeonato de Primera División, bajo la conducción técnica de César Luis Menotti. Ocupó explosivamente la banda derecha, alcanzando rendimientos que lo hicieron parte de las copas del mundo de 1974 y 1978, consagrándose campeón en el torneo realizado en Argentina. A inicios de la década de 1980, y con un incipiente problema de alcoholismo, Houseman llegó (con menos de treinta años) a Colo Colo, club en el que no pudo reeditar sus logros anteriores, tomando parte de 18 encuentros en los que marcó tres goles. Tras su salida del cuadro albo, el delantero emigró a Sudáfrica, donde no alcanzó notoriedad, para luego regresar a canchas argentinas, donde jugó solo cuatro encuentros entre 1984 y 1985, que apuraron su retiro del fútbol.
  • Julio César Romero: El caso del paraguayo “Romerito” ya fue analizado en una nota de la sección “Cero Aporte”, que dio cuenta del prestigioso recorrido del mediocampista paraguayo que militó en canchas brasileñas, españolas y estadounidenses antes de llegar con 37 años a Deportes La Serena en 1995, club con el que disputó únicamente tres partidos (celebró un gol) antes de salir por la puerta chica desde la Cuarta Región. Tras su partida, el jugador arribó a Cerro Corá de Paraguay, donde jugó sus últimos encuentros antes de colgar los botines como profesional.
  • Héctor Rial: Injustamente olvidado a la hora de los recuentos de grandes jugadores que militaron en Chile, este destacado delantero argentino fue parte de la época más gloriosa del Real Madrid en cuanto a logros, anotando en su bitácora cuatro ligas de España y la inédita racha de cinco copas de Europa, logradas de manera consecutiva desde 1956 a 1960. Contemporáneo de Alfredo Di Stéfano, Paco Gento y Ferenc Puskas, disputó más de un centenar de partidos en la “Casa Blanca”, que abandonó en 1961 para recalar en Unión Española. En Chile disputó pocos encuentros y rápidamente regresó a Europa para defender al Espanyol de Barcelona y el Olympique de Marsella, clubes donde sumó escasas veintidós presentaciones que apuraron su retiro de la actividad. Falleció en 1991.
  • Faustino Asprilla: Con un importante espacio en la historia de la Selección Colombia y distintos clubes del orbe, el “Tino” regaló jornadas de talento y goles en el Parma italiano y el Newcastle inglés, y formó parte del gran equipo armado por los cafeteros para enfrentar las clasificatorias a la copa del mundo de 1994, donde derrotaron por 5-0 a Argentina en el Monumental de River. La llegada del colombiano a Universidad de Chile en 2003 supuso una inyección anímica para los azules, que buscaban reposicionarse en la senda de títulos negada desde 2000. Sin embargo, los trece partidos que jugó (además de los cinco goles conseguidos), dejaron en evidencia que muchas veces se necesita más que un buen jugador para la consecución de logros. Tras su salida de la “U”, el Asprilla vivió en 2004 su última temporada como profesional, entre el Estudiantes argentino y el Cortulúa colombiano.
  • Julio Musimessi: Este gran portero argentino desarrolló su carrera entre Newells y Boca Juniors antes de cruzar la cordillera y enlistarse en Green Cross, que por aquellos años luchaba por reinsertarse en Primera División tras su descenso en 1958. En ese plano, el aporte del arquero resultó gravitante en 1960, temporada en la cual el equipo se consagró campeón del entonces llamado torneo de Segunda División, asegurando el retorno a la máxima serie para la temporada 1961, marcada posteriormente por la tragedia aérea de Cerro Lástima, donde pereció la totalidad de la delegación del equipo. Para entonces, Musimessi estaba retirado de la actividad profesional. Falleció en 1996, a los 72 años.
  • Mario Alberto Kempes: Con 41 años y el registro de campeón y goleador en la copa del mundo de 1978, en 1995 Kempes revolucionó el fútbol de la primera B al integrarse a Fernández Vial, donde cumplió una más que digna participación que condujo a su retiro como profesional. Solo once partidos (todos como local en Collao) y cinco goles (de balón parado en su totalidad), causaron conmoción en la Octava Región, donde el club vialino pasó de 800 a 4.500 espectadores en promedio. Y aunque la campaña del club no se condijo con la calidad del refuerzo, el paso del Matador aún se recuerda en la institución penquista.
  • Danilo Aceval: Quizás un poco alejado de la rutilancia de otros jugadores de su generación, Aceval formó parte de la selección paraguaya en la década del noventa, compartiendo camarín con Enciso, Ayala, Gamarra, Acuña y Chilavert. Fue segundo arquero de los guaraníes en las clasificatorias a Francia ’98, justa en la que fue parte del plantel de su selección gracias a su buen rendimiento en Cerro Porteño, club en el que alcanzó el tricampeonato en su país entre 1994 y 1996. El vínculo de Aceval con Chile comenzó en 1995, cuando formó parte del seleccionado que obtuvo la Copa Centenario que se disputó en nuestro país, continuó en 1997 cuando ocupó el arco paraguayo frente a Chile en la clasificatoria (derrota 2-1) y se confirmó en 2007, cuando arribó a Ñublense, que fue su primera estación en tierras penquistas: en 2008 jugó en Deportes Concepción, penúltimo club de su carrera, que finalizó en Rubio Ñu de Paraguay.