Colo Colo vs Universidad de Chile

Paredes, el “Tanque” que lideró la demolición de la “U”

Colo Colo, que no había logrado ganar en el Monumental transcurridas cuatro fechas del Torneo de Transición, lo consiguió –y de qué forma- en el partido cumbre del fútbol nacional. Ratificando su paternidad, que se torna incontrarrestable en su reducto, el cuadro popular terminó apabullando por un incuestionable 4 a 1 a una Universidad de Chile que no sólo no pudo nunca desarrollar su juego, sino que cometió reiterados errores que, está claro, le facilitaron la faena al Cacique.

En un partido como este, de mucho nervio, de alto voltaje, está prohibido fallar. Y la “U” no sólo naufragó absolutamente en ofensiva, al punto que ni siquiera pudo procurarse oportunidades claras de anotar, sino que mostró un fondo absolutamente permeable. Mérito del rival, por cierto, pero también fruto de falencias groseras que en duelos de este tipo resultan imperdonables.

¿Qué pretendió, al parecer la “U”? Quitarle el balón a Colo Colo, ahogar a sus volantes creativos, como Valdés y Valdivia, cortándole de esa forma circuitos ofensivos que, cuando se producen, causan daño. No de otra forma se explica que Hoyos optara por resignar la presencia de un hombre más en punta para alinear tres volantes de marca, como Reyes, Seymour y Caroca.

Nada de descabellado en teoría, sólo que en la práctica el asunto no funcionó nunca como el pizarrón lo indicaba, entre otras cosas porque, en lugar de optar por el anticipo (acaso temiendo la aparición temprana de tarjetas amarillas), los volantes azules recién fueron sobre la marca después que los volantes albos ya se habían hecho de la pelota. Y en ese plano, aunque Valdivia perdió algunos balones propicios por no buscar la combinación a tiempo, el “Pajarito” Valdés, con espacio y tiempo, se convertía tempranamente en una de las figuras.

La presión alba fue, además, más efectiva que la azul. Y cuando el partido era aún joven, comenzó a rendir frutos. Beausejour no pudo controlar un balón que le sirvió Vilches, Paredes robó el rebote y, tras dejarla en los pies de Valdivia corrió raudo a la recepción. Y en ese tipo de jugadas el “Mago” raramente se equivoca: su pase profundo superó la oposición de Jara y el goleador albo quedó con todo el arco a disposición para batir a un Herrera absolutamente entregado con medido remate.

Universidad de Chile no tuvo tiempo para reaccionar y replantearse el partido cuando, de un tiro libre a favor de los azules, surgió el contragolpe letal de los albos. Valdés arrancó desde media cancha por la banda derecha y entrando al área optó por una diagonal que ningún defensor pareció prever. Su zurdazo, violento y medido, se fue a alojar en el rincón más alejado del arco de Herrera, que una vez más quedó sin la más mínima capacidad de respuesta.

Corrían recién los 16 minutos de juego y en el Monumental se desataba el carnaval. Si la “U” no quedó “groggy” de inmediato fue solamente porque en su historia atesora muchos momentos en que, si el fútbol no sirve, con el temple alcanza. Y, aparte, aún quedaba mucho partido por delante.

Pero era evidente que, salvo Lorenzetti, la “U” no tenía a nadie más para buscar el claro y lograr el pase profundo e intencionado. Por las bandas, ni Rodríguez ni Beausejor lograban pesar frente a la implacable marca alba y a sus oportunos y eficaces relevos.

En ese fútbol, de constante refriega sin llegar a ser nunca violento, siempre sacaba mejor partido Colo Colo. Replegado a favor de su inesperada ventaja, su salida desde el fondo era siempre más amenazante que la aproximación constante de los azules al área de Orión. En otras palabras, parecía más probable el tercer gol albo que el descuento azul.

Que llegó cuando menos se esperaba, fruto de un tiro de esquina que el fondo albo no supo resolver y en el que, además, hasta hubo una cuota de infortunio o casualidad. Porque el rechazo de Meza de cabeza dio en el cuerpo de Barroso y el balón le quedó servido a Pinilla para anotar su primer gol por la “U” en este, su segundo regreso.

El 2 a 1, por cierto, dejaba el partido mucho más abierto. La segunda etapa, mantenía la incógnita acerca de cómo aguantaría Colo Colo el redoblado ataque azul y de qué manera Hoyos movería sus piezas para fortalecer un ataque hasta ahí bastante anémico.

El partido se le aclaró definitivamente a Colo Colo mediante el expediente menos pensado: un garrafal error de Jara, que resbaló ante un balón que Beausejor le jugó hacia atrás y le dejó en bandeja el balón al “Pajarito”, decidido a aprovechar ese regalo caído del cielo.

Pudiendo rematar él, optó generosamente por tocársela a Paredes, que acompañaba la jugada. Y el goleador albo, que durante la semana había prometido un gol, marcó su segunda conquista personal con el arco desguarnecido.

Universidad de Chile sintió el impacto. No sólo se desdibujó aún más, sino que, muestra clara de impotencia, comenzó a llenarse de tarjetas amarillas.

Hoyos, que naturalmente soñaba –al igual que su plantel-con romper esta racha alba de 16 años de invencibilidad del Cacique en su recinto frente al archirrival, lo intentó todo, pero las cartas ya estaban echadas. Hizo ingresar a David Pizarro, todo un salvador frente a Huachipato, pero el volante no pasó de una llamativa intrascendencia. Lo mismo que el juvenil Rozas. Respecto de Díaz, ni hablar. Reemplazó a Ubilla, uno que al menos había preocupado algo, y con ello la “U” se quedó sin ninguna posibilidad de entrar por las bandas.

La fiesta alba ya era completa cuando el jugador del partido, Esteban Paredes, culminó uno de sus mejores encuentros frente el rival tradicional. Robó en su propio campo un balón y, sin dudarlo, inició un carrerón que desmentía tanto sus años como su velocidad. Marcado por Vilches, aguantó por largos metros al zaguero, para despedir un zurdazo que, tras rozar en el propio Vilches, terminó por cuarta vez alojado en el arco azul.

Tres goles frente al archirrival transformaban a Paredes en la figura excluyente del Clásico, que mostró a un Colo Colo sólido defensivamente y en ataque simplemente demoledor. Porque mientras la “U” jamás hizo trabajar a Orión como se esperaba, Herrera encajó cuatro y pudo soportar incluso un par más.

El Clásico 182 fue, pues, albo de principio a fin. Lo agradece el hincha, que con toda razón pensaba que esta podía ser la ocasión para que la “U” quebrara una racha de 16 años sin poder celebrar en Macul. Y es que Colo Colo, aparte de no sumar de a tres, hasta venía de ser derrotado, y jugando muy mal, en la fecha anterior

Y lo celebra Guede, que con este triunfo claro y contundente se afirma en la banca alba y deja en el olvido –aunque sea transitoriamente- reiterados fracasos que sin duda duelen, pero nunca tanto como perder frente al rival de siempre.

PORMENORES

Torneo de Transición. Quinta fecha.

Estadio: Monumental.

Público: 40.020 espectadores.

Arbitro:_Roberto Tobar.

COLO COLO: Orión; Zaldivia, Barroso, Meza; Campos, Baeza, Valdés (87’ Opazo), Suazo; Valdivia (79’ Figueroa); Paredes, Orellana (68’ Rivero).

U. DE CHILE: Herrera; Rodríguez, Vilches, Jara, Beausejour; Caroca (68’ Rozas), Reyes, Seymour (51’ Pizarro), Lorenzetti; Pinilla y Ubilla (64’ Díaz).

GOLES: Para Colo Colo, Paredes a los 10’ 50’ y 86’, y Valdés a los 16’. Para la “U”, Pinilla, a los 33’.

Tarjetas amarillas: En Colo Colo, Baeza, Valdivia, Orellana y Rivero. En la “U”, Rodríguez, Reyes, Lorenzetti, Pizarro y Pinilla.