Potros, a galope tendido

Burkina Faso, el rival de la Roja este viernes 2 de junio, es una de las nuevas potencias africanas. Carece del pasado brillante de Camerún, Nigeria o Ghana, pero no ha bajado del tercer lugar en las dos últimas copas continentales y ahora lidera su grupo de cara a Rusia 2018.  

Es habitual que la Roja busque rivales fáciles para preparar desafíos mayores. Una forma de estirar las piernas y agarrar confianza con un buen resultado asegurado casi por contrato.
Esta vez comenzará su periplo hacia la Copa Confederaciones enfrentando este viernes 2 de junio en Santiago a Burkina Faso (ex Alto Volta), cuyo raro nombre ya huele a sparring de poca monta, ideal para llegar en plenitud al duelo oficial contra Camerún, uno de los gigantes africanos.
Y pese a que a Chile acude con un equipo B, Burkina Faso ya dejó de ser una presa fácil. Al menos, en África, donde en la reciente Copa de Naciones disputada en el verano pasado remató tercera, superando en la definición a otra potencia negra, Ghana, con un gol en la agonía.
Si alguien cree que ese resultado fue el súmmum de esta selección emergente, está equivocado. A ellos les pareció un retroceso porque en la versión 2013 del torneo habían salido segundos, cediendo ante Nigeria el título que nunca han logrado.
Con reservas y todo, puede ser un buen examinador para la Roja porque replicará la velocidad y potencia física con la que los nuestros se las deberán de ver cuando enfrenten en Rusia a los camerunenses, que ya nos hicieron ver mal en ese recordado 1-1 del Mundial de Francia 98.
Por ahora su lugar 35 en el Ranking FIFA, precedido solo por Egipto, Camerún y Senegal, significa para Burkina Faso una buena carta de presentación. Un reflejo de que su progreso en los últimos 20 años no es casualidad.
Conocidos como “los potros”, los dirigidos por el portugués Paulo Duarte constituyen una fuerza a la que no hay que mirar en menos. No por nada colinda a lo largo de 584 kilómetros con Costa de Marfil, uno que futbolísticamente mete miedo hace rato, y con el cual mantiene una relación política, sociocultural y demográfica casi incestuosa de muy larga data. Tanta, que en lo futbolístico, tres actuales seleccionados burkineses nacieron al otro lado de la frontera, en tierras donde las nacionalidades quedaron definidas por líneas trazadas sobre mapas colonialistas.
Tan dotados como sus hermanos mayores en velocidad, potencia, agilidad y habilidad, a Burkina Faso le puede faltar todavía esa dosis de experiencia para plantarse con mejores posibilidades ante rivales fuertes no africanos. Ello lo ratifica incluso la carencia de jugadores militantes en los mejores equipos del mundo. Muchos de ellos juegan en Europa, pero en ligas y equipos de mejor tonelaje.
Tácticamente Paulo Duarte estructuró a su equipo con un 4-2-3-1 que aprovecha la resistencia natural de sus potros para resguardar bien el pórtico y atacar con rapidez a través de sus tres mediapuntas y un delantero más avanzado.
En el último tiempo Duarte ha ido rejuveneciendo el plantel. Ya son pocos los treintones y más los veinteañeros. Así ocurrió en su último amistoso, un 2-2 contra Benín el reciente 21 de mayo.
De figuras, no mucho. Lo más cercano a nosotros -al menos para quienes vieron la final de la UEFA League entre el Manchester United y el Ajax- es el volante ofensivo Bertrand Traoré, de tan solo 21 años y que el Chelsea prestó al equipo holandés. Veloz, hábil y muy escurridizo, Traoré fue uno de los pocos que preocupó de verdad a la sólida defensa inglesa.
Lamentablemente, el contingente que llegará en estos días a Chile dista del que enfrentó en febrero la fase final de la Copa Africana y del que disputó los últimos tres amistosos de marzo y mayo. Paulo Duarte prefirió reservar a los mejores para un partido oficial con Angola el próximo 9 de junio, en el marco de una nueva versión del torneo africano.
Y es que en un continente con 54 federaciones afiliadas a la FIFA hay poco tiempo de descanso. Los duelos oficiales se suceden con pocos intervalos.
En este caso, aparte de la nueva clasificatoria continental, Burkina Faso está inmersa desde finales de 2016 en plena lucha para sacar pasajes a Rusia 2018.
Le tocó un grupo de temer, con Senegal y Sudáfrica, dos que ya saben de mundiales, y el más novato Cabo Verde. Han jugado únicamente dos encuentros y lideran el grupo junto a Sudáfrica con 4 puntos. Muy poco para triunfalismos, sobre todo si Senegal acecha con 3 unidades y espera a Burkina Faso en agosto y septiembre, en dos duelos decisivos.
Hubiese sido mejor que la Roja enfrentara al equipo titular de Paulo Duarte, pero de seguro las jóvenes promesas que saldrán a la cancha del Estadio Nacional este viernes darán dura pelea intentando convencer al estratega portugués de que son confiables para los múltiples y severos desafíos que le esperan a unos potros ansiosos de insertarse a galope tendido en el fútbol de primer nivel.