Clasificatorias 2026: Argentina pasó directo del infierno al cielo

Los albicelestes amenazaron con no jugar, se salvaron de varios goles y con un formidable cabezazo de Nicolás Otamendi le infligieron a Brasil su primera derrota como local en la historia de las confrontaciones premundialistas.

Por JULIO SALVIAT / Fotos: DIARIO OLÉ

Con Lionel Messi adolorido por un pinchazo en el muslo y con Neymar Junior y Vinicius Junior ausentes, el duelo de Brasil con Argentina estuvo lejos de lo que se puede esperar del denominado clásico mundial. Sin sus superdotados, el encuentro transcurrió más en modo de refriega que de técnica y será recordado seguramente por lo que ocurrió antes del partido más que por su desarrollo.

Los angelitos de la barra argentina molestaron desde la llegada a Río de Janeiro y la policía brasileña, que no se caracteriza por su diplomacia, los tenía entre ceja y ceja. Bastó un incidente entre las hinchadas para que los uniformados repartieran palos, y se armó una batahola que terminó con hartos machucados y con los jugadores albicelestes al borde de la tribuna recriminando e insultando a los encargados de la seguridad.

Lionel Messi dio la orden de salir del lugar para irse a los vestuarios con la clara intención de no jugar. Gestiones del presidente de la AFA, Claudio Tapia, y de personeros de la Conmebol permitieron un plazo para que los argentinos retornaran a la cancha. Buena decisión, porque los esperaban las penas del infierno si no se presentaban. A Chile lo dejaron fuera del Mundial de Italia 90 por hacer ese numerito, y era esperable que la FIFA actuara igual si los argentinos prolongaban su rebeldía.

Con 28 minutos de retraso se inició el encuentro en el Maracaná y muy pronto se advirtió que no habría delicadezas. Rodrygo retó a Messi cuando la pelota fue puesta en el círculo central y las asperezas abundaron desde el pitazo inicial. El árbitro chileno Piero Maza se puso los pantalones y mostró tarjetas amarillas a los hacheros brasileños hasta que el cuadro verdeamarillo se tranquilizó. Y eso le hizo bien al partido, porque se siguió jugando con fiereza, pero dejó algo de espacio para el juego.

Se jugó casi siempre en terreno albiceleste, porque así lo dispusieron los técnicos. Fernando Diniz ordenó presión en campo ajeno y Lionel Scaloni dispuso una línea de cinco volantes delante de la de cuatro defensores. Y como Messi caminaba sin pedir la pelota y sin que se la dieran, el arquero brasileño fue un simple espectador durante casi todo el partido.

A propósito de Messi: tocó trece veces la pelota en los 78 minutos que jugó, una miseria para quien se supone que es el conductor del equipo, remató una vez al arco (tiro bloqueado por un defensor) y provocó dos fouls (ambos lejos del área). En resumen: el peor partido de su historia.

Y a propósito del arquero Alisson: fue visitado dos veces en el partido. A los 63’, cuando un salto y un cabezazo formidables de Nicolás Otamendi terminaron con la pelota en un ángulo y en los descuentos cuando Di María desperdició el que pudo ser el segundo gol por demorar demasiado su remate.

El tanto argentino se produjo en momentos en que Brasil más méritos hacía para quedarse con la victoria. Cuando finalizaba el primer tiempo, un disparo de Martinelli fue sacado desde la raya por Cristian Romero. Empezando el segundo lapso, Emiliano Martínez salvó con esfuerzo un remate sin ángulo con que lo quiso sorprender Raphinha. Y poco antes del gol, el arquero argentino realizó una tapada sensacional para evitar la conquista de Martinelli.

Después del acierto de Otamendi, Brasil perdió la brújula. Los cambios no le ayudaron en nada y todos terminaron haciendo o buscando centros elevados que generalmente terminaron en la cabeza de los defensores trasandinos o en las manos del arquero. Las esperanzas de igualar se diluyeron definitivamente cuando Joelinton, uno de los que entraron para arreglar el asunto, lo echó a perder con su expulsión.

Así, Argentina hizo una gracia inédita: le propinó a Brasil su primera derrota como local desde que existen las clasificatorias mundialistas: ¡hace 80 años! Y, a la vez, se mantiene la frente de la tabla. Brasil, en cambio, ocupa un inédito sexto lugar.

El salto espectacular y el certero cabezazo de Nicolás Otamendi para anotar un gol que será histórico en el Maracaná.

PORMENORES

Clasificatorias Mundial 2026, sexta fecha.

Estadio: Maracaná, Río de Janeiro.

Público: 78.838 espectadores.

Árbitro: Piero Maza, de Chile.

Brasil (0): Alisson; Emerson Royal, Marquinhos, Gabriel Magalhães, Carlos Augusto; André, Bruno Guimarães; Raphinha, Rodrygo, Gabriel Jesús y Gabriel Martinelli. DT: Fernando Diniz. Cambios: 72’, Endrick por Raphinha y Joelinton por Magalhaes; 78’, Douglas Luiz por Guimaraes y Raphael Veiga por Martinelli.

Argentina (1): E. Martínez; N. Molina, C. Romero, N. Otamendi, M. Acuña; R. De Paul, E. Fernández, A. Mac Allister, G. Lo Celso, L. Messi y J. Álvarez. DT: Lionel Scaloni. Cambios: 66’, N. Tagliafico por Acuña y N. González por Lo Celso; 78’, A. Di María por Messi y L. Martínez por Álvarez.

Gol: 63’, Nicolás Otamendi, cabezazo (ARG).

Tarjetas amarillas: Gabriel Jesús, Raphinha y Carlos Augusto (BRA).

Expulsado: 81’, Joelinton (BRA).