González retuvo la corona por demolición

El peleador surgido de la cantera del Club México de Santiago sigue siendo monarca latinoamericano de pesosupermosca, tras ganar por nocaut en el tercer asalto al azteca “Sammy” Reyes. En el semifondo del “Arena Monticello”, la valdiviana Daniela Asenjo se transformó en la nueva campeona de Chile, venciendo a Isis Mascareña.

 

Las dudas que podían existir, Miguel González, apodado “Aguja”, las despejó en menos de nueve minutos para retener, una vez más, su corona latinoamericana de los supermoscas, tras vencer por nocaut, a los 2 minutos con 26 segundos del tercer asalto, al mexicano Samuel “Sammy” Reyes, conocido en su país como “Huesito”.

El combate se llevó a cabo en el “Arena Monticello”, casino de juegos cuyo escenario montado para esta pelea se repletó con más de tres mil personas.

Y si hablamos de las dudas, estas no tenían tanto que ver con lo que podía ofrecer el púgil chileno, sino con lo que podía aportar el peleador mexicano, embarcado para este combate casi a última hora, luego que el mexicano Roberto “Torito” Rodríguez no pudiera viajar a Chile a causa de un accidente de tránsito.

“Sammy” Reyes, con un record de 20 peleas ganadas (14 de ellas por la vía rápida), quince derrotas y un empate, constituía, pues, toda una incógnita desde el punto de vista de sus condiciones. Y es que más allá de un registro que a cualquiera se le puede antojar discreto, por el simple hecho de ser un peleador azteca había que respetarlo.

Se sabe: el pugilismo azteca a nivel profesional tiene tanto nivel que sufrir uno, cinco, diez o quince contrastes, como en este caso, no descalifica a nadie. En otras palabras, el derrotado de una noche tiene células y coraje de sobra para transformarse en vencedor la noche siguiente.

Los mexicanos, además, tienen un estilo que los caracteriza, y que los hace respetables en cualquier lugar del mundo. Son de esos que, con mayores o menores argumentos, van siempre para adelante porque, recordando la generosa galería de campeones que han tenido a través de su historia, no conciben la posibilidad de la derrota.

Aún superados, serán siempre peligrosos, hasta que el árbitro les impida seguir luchando.

González superó todas sus aprehensiones tras un primer asalto equilibrado, pero en el que pudo medir a “Sammy” Reyes. Supo, entonces, que la cerrada guardia del mexicano, que se abría para contragolpear con envíos tal vez no potentes, pero certeros, aconsejaban variar el ataque. En otras palabras, tirar arriba si se presentaba el claro, pero insistir, sobre todo, en el castigo a la línea baja, llave maestra para vulnerar una guardia cerrada.

Es lo mejor que tiene el peleador chileno, aparte de una buena velocidad y una línea técnica más que satisfactoria. Como su pegada carece de la necesaria “pimienta” para causar estragos con un solo golpe, como solía hacer Martín Vargas, González sabe que tiene que imponerse mediante la acumulación de impactos. Y si estos provocan el desconcierto del rival, que nunca sabe si deberá protegerse arriba o abajo, con eso media pelea ya está ganada.

Fue lo que comenzó a cimentar la victoria del campeón latinoamericano ya a partir del segundo asalto, cuando su izquierda se soltó para empezar a llegar repetidamente sobre la humanidad del mexicano. A falta de 37 segundos para que acabara el round, el “Aguja” metió una combinación veloz y precisa que fue todo un anuncio de lo que vendría en la vuelta siguiente.

El tercer round fue sencillamente demoledor. Corrían apenas 42 segundos cuando una derecha al hígado dio con Reyes en la lona. Y faltaba un minuto con 8 segundos de pelea de ese asalto cuando el mexicano volvió a poner la rodilla en tierra. Cualquier boxeador sehabría retirado frente a tan oscuro panorama. O habría esperado resignado la cuenta de 10. Cualquier rincón habría tirado la toalla. Pero ni Reyes ni su esquina lo hicieron.

¡Ellos eran mexicanos, caramba…!

El valeroso y elogiable intento, muestra palpable del espíritu guerrero que distingue a los de su raza, le sirvió sin embargo de poco. Miguel González tenía dominada la pelea, inerme a su presa, y no la iba a dejar escapar.

Otra veloz y precisa combinación de impactos arriba y abajo dieron con Reyes en la lona por tercera vez en ese asalto, y esta vez el árbitro, Jorge Delmónaco, contando llegó hasta el final de la pelea cuando sólo quedaban 34 segundos para que se agotara la tercera vuelta.

González, con este triunfo, enriqueció un record de 27 peleas ganadas y una sola perdida, aquella del 21 de septiembre de 2013, frente a Paul Butler, en Inglaterra.

Se habla ya de desafíos mayores para el “Aguja”. Como una eliminatoria previa el desafío por el título, frente a un rival nicaragüense. O de un desafío directo al actual monarca. Su tercer lugar en el ranking mundial de los pesos supermoscas le permite ciertamente soñar.

Por boxeo no se queda. De los últimos peleadores chilenos que estuvieron en una instancia parecida a la suya, es quien técnicamente menos ripios presenta.

Su gran desventaja es que carece de una pegada demoledora, vital en la alta competencia. Y es que los pocos que llegaron a lo más alto del boxeo mundial sin tener dinamita en los puños se cuentan con los dedos de las manos.

A no ser, claro, que se trate de un eximio maestro del boxeo. Como Miguel Canto, por ejemplo…

Chile tiene nueva campeona

En el semifondo del “Arena Monticello”, la peleadora de Valdivia, Daniela Asenjo, le arrebató la corona de Chile de peso supermosca a Isis Mascareña, que hace algunos meses la había derrotado.

La valdiviana, a quien apodan “La leona” y es además una eximia violinista, se transformó en la nueva campeona mediante fallo unánime, luego que los tres jueves la vieran vencedora por 176 a 175.

Se trató de una pelea cerrada e intensa, en que las ganas no fueron a parejas con la técnica. Dicho de otra forma: ambas chicas mostraron un extraordinario temple, pero escasos fundamentos pugilísticos.