Un Colo Colo demoledor se quedó con la Supercopa

El cuadro popular terminó apabullando por 4 a 1 a Universidad Católica con un buen rendimiento colectivo y figuras individuales que rayaron a gran altura. El trofeo es un bálsamo para un plantel cuestionado y, sobre todo, para el técnico Pablo Guede, que caminaba por la cornisa.

Pareció que Universidad Católica rompía la incontrarrestable paternidad que en los últimos tiempos venía imponiendo Colo Colo. Que, por fin, la táctica de Mario Salas se imponía a la de Pablo Guede. Porque en un partido tan parejo, de alternativas tan cambiantes, el gol de la apertura, anotado por Kuscevic con certero frentazo tras un córner servido por Fuenzalida cuando se jugaba el minuto 28, podía marcar el trámite del partido. Pero fue un espejismo. El Cacique al final se impuso por un lapidario 4 a 1 y se quedó con esta Supercopa que, aparte de engrosar sus bien provistas vitrinas, constituye todo un balón de oxígeno.

Para el plantel albo, por cierto, envuelto en todo tipo de cuestionamientos tras el pobre debut en Copa Chile, pero sobre todo para su técnico, Pablo Guede, cuestionado tras la increíble pérdida del título del campeonato pasado, por el desastroso debut en Copa Chile y, sobre todo, por aparentemente querer “limpiar” a jugadores emblemas que, o no le creen mucho, o lo cuestionan.

Como Justo Villar, que tuvo que irse a pesar de que, en los años que alcanzó a defender el arco del Cacique, se transformó en ídolo, en jugador tan querido como respetado. Como Julio Barroso, que de puntal en el armado defensivo albo se transformó para el director técnico, según muchas e insistentes versiones, en un elemento disociador y negativo para el camarín.

Este triunfo frente a Universidad Católica, qué duda cabe, lo vuelve todo a fojas cero. No sólo porque jugó Barroso y fue, como siempre, figura, sino que recuperada al menos transitoriamente la normalidad, Guede tiene la gran posibilidad de recuperar su deteriorado crédito y transformar a Colo Colo en un equipo altamente competitivo para el medio local. En otras palabras, en el candidato que siempre ha sido.

Aparte de un funcionamiento aceptable, que logró si no a anular al menos a neutralizar a las principales figuras del rival –léase Silva y Buonanotte- Colo Colo contó esta vez con jugadores que resultaron decisivos y desequilibrantes. Y en tan buena proporción, que hasta consiguieron disimular actuaciones llamativamente bajas, como las de Suazo y, sobre todo, de Baeza, que retornado al mediocampo ante la partida de Pavez pareció sentir el cambio, al punto que perdió infantilmente dos o tres pelotas en la salida que estuvieron a punto de transformarse en conquistas de Universidad Católica.

De partida, cabe destacar al arquero Orión, que comenzó dejando dudas al rechazar de puñetazo una pelota que era suya, para transformarse luego en figura refulgente al tapar dos cabezazos de Silva que tenían como único destino la red y, ya en pleno segundo tiempo, repeler en gran forma un tiro a quemarropa de un Juan Carlos Espinoza que había quedado absolutamente destapado por la banda derecha.

Valdivia fue otro ejemplo. Por ahí exageró en el dribling, en quedarse un segundo de más con la pelota como suele hacerlo en la Roja Alexis Sánchez, pero a la hora de provocar superioridad numérica con su habilidad para dejar atrás rivales y habilitar como él sabe, demostró que al menos para la competencia nuestra le sobran atributos para convertirse fecha a fecha en figura.

“Pajarito” fue otro de los destacados. Si en el primer tiempo ya se había mostrado como un excelente complemento de Valdivia, en la segunda etapa se transformó en elemento decisivo.

En este recuento de las figuras del partido no puede faltar, por cierto, Esteban Paredes. Sin la velocidad ni la fuerza de antes, sigue estando ahí para desequilibrar y resolver con una presteza y  eficacia que muy pocos poseen. Anotó dos goles y se perdió por poco dos más. ¿Qué más se le podría pedir?

Por contraste, Universidad Católica careció de figuras de un calibre similar. De jugar a jugar en ningún caso era menos que Colo Colo, pero a la hora de resolver y desequilibrar no hubo de parte de sus jugadores similar capacidad, calidad y talento.

Abierta la cuenta por parte de Kuscevic, Universidad Católica casi no tuvo tiempo para –a favor del marcador- manejar el partido según su conveniencia. Porque apenas tres minutos después Paredes, mediante vistosa chilena, dejó las cosas como al comienzo.

Llamativo fue lo pronto que se derrumbó Universidad Católica en el segundo tiempo. En el breve lapso de seis minutos se vino rotundamente abajo. Como que hubieran reaparecido los fantasmas de anteriores confrontaciones y tanto el técnico Salas como los jugadores hubieran entendido que con lo que tienen no les alcanza para pelearle palmo a palmo a Colo Colo.

A los 55 minutos Vilches aprovechó la oportunidad que le brindó la lesión en la semana de Rivero y, con tiro cruzado tras recibir de Valdivia, puso el 2 a 1 que hizo explotar el sector norte del Estadio Nacional. Y apenas seis minutos después, un centro de Figueroa encontró la mano de Aued y no fue Paredes, sino el “Pajarito” Valdés, quien cobró el penal que puso un 3 a 1 mucho más difícil de digerir y de remontar.

El cuarto gol fue la prueba más palmaria de lo tranquilo que jugaba a esas alturas Colo Colo frente a un rival que ya lo hacía casi por inercia. Porque el “Pajarito”, cargado por la izquierda, desbordó con sorprendente facilidad a Juan Carlos Espinoza para, desde la línea de fondo, ponérsela a Valdivia para que anotara su gol. El “Mago”, tan impredecible como siempre, prefirió cedérsela a Paredes, que tuvo hasta tiempo de controlar el balón y medir el tiro que batía por cuarta vez a Toselli.

Asunto liquidado. Colo Colo dejó venir a Universidad Católica y en esos minutos el cuadro de Mario Salas semejó al toro que arremete con todo, pero sin ninguna inteligencia y mucho menos talento. Sus ataques, tan constantes como desordenados, chocaron una y otra vez contra un fondo albo que tenía plena conciencia de que el duelo estaba definido hace rato.

PORMENORES

Partido final por la Supercopa.

Estadio: Nacional.

Público: 30 mil personas, aproximadamente.

Arbitro: Julio Bascuñán.

CATOLICA: Toselli; J. C. Espinoza (75’ Llanos), Lanaro, Kuscevic, Cordero; Aued, Fuentes (63’ C. Espinoza), Buonanotte; Fuenzalida, Silva, Vallejos (67’ Vargas).

COLO COLO: Orión; Campos, Barroso, Meza; Figueroa (81’ Gonzales), Valdés, Baeza, Suazo; Valdivia (90+2’ Bolados); Paredes y Vilches (80’ Opazo).

GOLES: Para Universidad Católica, Kuscevic a los 28’; para Colo Colo, Paredes a los 31’ y 74’, Vilches a los 55’ y Valdés (penal) a los 61’.

Tarjetas amarillas: En Universidad Católica, Buonanotte, Aued y C. Espinoza; en Colo Colo, Barroso, Campos, Baeza y Suazo.