Simulan megaterremoto en Tarapacá con despliegue militar
Fuerzas Armadas, policías y organismos de emergencia ejecutaron un masivo operativo de preparación ante desastres naturales en el norte del país.

Un escenario de desastre extremo fue simulado en la Región de Tarapacá. La operación, bautizada como Ejercicio Conjunto “Grieta 2025”, recreó un sismo de magnitud 8.5 Richter con posterior tsunami, movilizando a todas las ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden para poner a prueba la capacidad de reacción del sistema regional de emergencia.
La actividad fue organizada por el Comando Conjunto Norte (CCN) -unidad dependiente del Estado Mayor Conjunto- y buscó fortalecer la coordinación interinstitucional y comprobar la operatividad de los sistemas de comunicaciones ante un evento de gran magnitud.
Participaron la VI División de Ejército, la IV Zona Naval, la I Brigada Aérea de la FACh, Carabineros, PDI y equipos del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred).
Simulación activa y evaluación en terreno
Durante la jornada se ejecutaron maniobras en terreno como búsqueda y rescate, operaciones de reconocimiento e inteligencia, y se validaron los protocolos de respuesta multisectorial, bajo el mando del general de Aviación Miguel Stange, quien asumió como autoridad militar regional para el ejercicio.
Stange explicó que el objetivo principal fue garantizar el alistamiento y preparación del personal y del equipamiento militar, generando una estrategia integral que permita responder de forma eficiente a emergencias reales.
“El entrenamiento cumplió con los objetivos trazados y permitió reforzar la cooperación interinstitucional, además de evaluar técnicamente los sistemas de respuesta regional”, señaló el comandante.
Respuesta integrada para el norte del país
“Grieta 2025” también sirvió para evaluar el despliegue simultáneo de los componentes terrestre, naval y aéreo en una situación de emergencia, simulando afectación en zonas costeras e interiores.
El ejercicio dejó en evidencia la necesidad de reforzar las redes de comunicación, acelerar protocolos de coordinación y mantener un estándar técnico que garantice la seguridad de la población frente a una eventual catástrofe natural en el norte grande.