A casi un año de su extraña desaparición, nadie sabe aún qué pasó con Marco Opazo
Salió una mañana de marzo del año pasado desde su casa en Lampa, con destino a Santiago. Pero nunca regresó y jamás volvió a saberse de él. Sus familiares, amigos y camaradas del fútbol, no pierden, sin embargo, las esperanzas.
Por EDUARDO BRUNA / Foto: ARCHIVO
El 19 de marzo de 2022 quedó grabado a fuego, y dolorosamente, para la familia de Marco Opazo, ex jugador de Palestino, Antofagasta y la selección chilena. Y es que Opazo salió esa mañana de su casa, en Lampa, y nunca más se supo nada de él. Fue, literalmente, como si se lo hubiera tragado la tierra. Ni sus familiares, ni las amistades de su barrio, ni los muchos amigos que cosechó en el fútbol, han podido jamás tener respuesta.
Tampoco la propia PDI, recibida la denuncia de su desaparición, ha podido arribar a ninguna conclusión. Y de eso ya está por cumplirse un año…
Lo último que se supo de él es que venía a Santiago. Y que lo vieron por última vez en la Ruta 68, a la altura del camino Noviciado, cercano a su residencia en Lampa. A partir de allí, se pierde todo rastro.
Su hermana, Ximena, contó que “no sabemos lo que pasó con él, y eso es lo más desesperante. Uno podría pensar que se suicidó, pero no tardaría mucho en descartarlo. Él era un hombre creyente, y la última vez que hablamos por teléfono, a horas de su desaparición, no noté nada extraño. Al revés: como era su costumbre, terminó el llamado con una de sus bromas habituales”.
Según Ximena, “Marco es un hombre que no tiene vicios. El trago no le gustaba y jamás lo vi con un cigarrillo en la boca. Es una persona intachable, y muy conocido y querido en Lampa. Todos han estado preocupados de él, muy activos en las redes sociales a la espera de que surja una pista acerca de lo que le pasó, pero pasa el tiempo y seguimos sin saber nada. Es desesperante”.
Retirado, Opazo dedicó todos sus afanes a trabajar con niños de escuelas de fútbol de las municipalidades de Lampa y Batuco. Los que lo conocían, y sabían cuán feliz era trabajando con chicos cuyo sueño era ser futbolistas profesionales, señalan que “Marco se empeñaba en llevar a sus mejores alumnos a hacerse una prueba en algún club profesional. Se ponía muy contento de ayudarlos, de esa forma, a hacer realidad sus planes”.
Su desaparición, como es lógico, con el correr de los días fue preocupando a sus ex compañeros de equipo, informándose de a poco de lo que estaba sucediendo. Y, por supuesto, a su club de siempre –Palestino-, que utilizó su cuenta oficial para dar cuenta de su extraña desaparición, escribiendo: “60 años, 1.76 metro, tez blanca, ojos color café, cabello corto y canoso. Enviamos un abrazo fraterno a sus familiares y cualquier novedad no dudes en contactarlos a los teléfonos que están en la imagen. Porque más que un equipo somos #TodoUnPueblo”.
Sin embargo, y hasta ahora, ningún esfuerzo ha dado frutos. De hecho, la pista más certera acerca de lo que le pudo haber pasado a Marco Opazo la obtuvo no la policía, sino un familiar que logró triangular la posición de su celular.
Como contó su hermana Ximena, “al parecer, Marco tomó un bus hacia Estación Central. En el terminal permanece como 20 minutos y después retorna a Lampa, por la Ruta 68, y es en el camino a Noviciado donde se pierde la señal de su teléfono”.
Sin embargo, la supuesta ruta seguida por Marco Opazo no pudo considerarse una pista ciento por ciento confiable, toda vez que, como aclaró su propia hermana, “es posible que otra persona anduviera con su equipo, que se lo hayan robado, porque la policía revisó las cámaras del terminal y de Lampa y Marco no aparece por ninguna parte”.
Cristián Castañeda, compañero suyo en Palestino, y donde Opazo jugó 336 partidos, no pudo disimular su frustración y tristeza, al señalar que “Marco fue seleccionado chileno, formó ese Palestino que en 1986 disputó el título de campeón con Colo Colo. Fue un jugador de otra época y a lo mejor la gente joven no se acuerda de él. No fue un don nadie en el fútbol chileno, pero si no se busca su paradero, ¿qué queda para otra gente que desaparece?”.
La PDI, según versión de su hermana Ximena, les dijo que “en estos casos se baraja un 50% de intervención de terceros y un 50% de causas naturales o accidentes”. Pero para ella, son explicaciones que no sirven de mucho, expresando:
“Los procesos son demasiado lentos. Se perdió un tiempo importante, que son las primeras 48 horas desde que se dio cuenta de la desaparición de Marco. Nosotros pensamos que hay participación de terceros y que alguien le hizo algo a mi hermano”.
Concluye:
“Necesitamos respuestas. Que la Fiscalía sea más rápida en la autorización de las diligencias. Necesitamos, como familia, que Marco no sea uno más de una capeta”.
Marco Opazo cumplió 61 años el 27 de abril de 2022. Tiene tres hijos que lo único que quieren es saber qué pasó con su padre. Y que no pudieron estar con él para celebrarle su cumpleaños.