Argentina ganó y provocó la final soñada

Al vencer 2-0 a Venezuela en el Maracana de Rio de Janeiro, la selección albiceleste confirmó sus progresos luego del deficiente debut en la Copa América y ahora aparece como amenaza para Brasil, dueño de casa y gran favorito. El martes, en Belo Horizonte, será el gran duelo.

Los gauchos celebran, los llaneros lamentan y el mundo del fútbol aplaude: en el otrora estadio más grande de la tierra, Argentina derrotó a Venezuela, clasificó para las semifinales de la Copa América y allí se encontrará –para deleite del orbe- con Brasil.

Era notorio el optimismo de Venezuela y evidente el desasosiego de Argentina cuando los equipos enfilaron hacia la cancha para interpretar los himnos. Contra todo lo que dice la historia del fútbol, los dirigidos por Rafael Dudamel tenían más motivos para el optimismo que los pupilos de Lionel Scaloni: dos empates y una victoria (3-1 en Madrid, con Messi  incluido), en las tres últimas confrontaciones, y mejor rendimiento en la fase de grupos, que los venezolanos sortearon invictos y con apenas un gol en contra (y de penal), mientras los albicelestes sólo respiraron frente a la modesta selección de Catar.

Pero a los 10 minutos de juego los trasandinos ya habían abierto la cuenta y parecían encaminarse a una victoria fácil. Después de dos intentos serios, uno frustrado por el arquero Wuilker Faríñez y otro dilapidado por la técnica imperfecta de Germán Pezzela, llegó el gol. Un córner servido por Messi desde el sector izquierdo provocó un grosero error defensivo que posibilitó un centro-remate desde el otro lado y que conectó Lautaro Martínez con un taquito afortunado.

Lo que siguió fue una sucesión de patadas que en pocos minutos derivaron en amonestaciones para tres venezolanos y dos argentinos. Y nunca se produjo el duelo que se esperaba. Pese a todo su empeño, Venezuela estuvo lejísimo de complicar a su adversario. Al revés: en la primera etapa al menos, quedó desmentida la fama de valiente que había ganado en la ronda inicial, especialmente en su titánico empate frente a Brasil.

Solamente Darwin Machís, su atacante izquierdo, intentaba romper la rutina de pases insulsos de los que abusaba Venezuela. Y en el segundo tiempo, cuando la “vinotinto” intentó algo más en campo ajeno, solamente Jefferson Soteldo, que sustituyó a Del Pino Mago y se ubicó volante y después como puntero izquierdo, pudo romper líneas con su habilidad.

Con Lionel Messi apagado e impreciso, Argentina produjo cero después de ponerse en ventaja. Aflojó el ritmo y se dedicó a contener. Los albicelestes ya no pusieron las mismas ansias, como si estuvieran convencidos de que ese gol les bastaba. Ni siquiera un cabezazo elevado de Rondón, les hizo cambiar de actitud.

Después del descanso, Messi se vio más activo, pero nunca logró un papel protagónico. El más destacado siguió siendo Sergio Agüero, que fue a todos los pelotazos, luchó todos los balones y terminó siendo decisivo para liquidar el encuentro.

Martínez había estado a punto de ampliar las cifras apenas comenzada la segunda etapa, pero su disparo se estrelló en un vertical y se desvió. Y siempre quedó patente la diferencia de categoría. Aunque hace 26 años que no celebra un título, Argentina mantiene un poderío respetable. Y lo hizo pesar frente al equipo más joven del torneo.

El gol fue un buen reflejo de lo anterior: como pocas veces en el partido, los trasandinos presionaron a full la salida venezolana hasta recuperar el balón en campo ajeno. El quitador, Rodrigo de Paul, habilitó a Agüero, y el remate del ariete fue contenido parcialmente por Faríñez en su primer error en el torneo. El regalo fue aprovechado por Giovanni Lo Celso, que pocos minutos antes había ingresado en reemplazo de Marcos Acuña.

La posesión, pareja en el primer tiempo, fue muy favorable a Venezuela en la segunda etapa, Sin embargo, Franco Armani sólo vivió dos momentos complicados: primero tapó un remate realizado a boca de jarro por Ronald Hernández, y después desvió al córner un cabezazo muy esquinado de Salomón Rondón.

En Belo Horizonte, donde Brasil sufrió el mayor bochorno de su historial al perder 1-7 con Alemania en el Mundial de 1914, se producirá el martes el duelo que el mundo espera. Uno de estos gigantes será finalista y el otro se irá a pensar en próximos torneos.

PORMENORES

Cancha: Estadio Maracaná, de Rio de Janeiro.

Público: 50.000 espectadores, aproximadamente.

Árbitro: Wilmar Roldán, de Colombia.

ARGENTINA (2): F. Armani; J. Foyth, G. Pezzella, N. Otamendi, N. Tagliafico; R. De Paul, L. Paredes, M. Acuña (68’, Lo Celso); L. Messi; L. Martínez (63’, A. Di María) y S. Agüero (86’, P. Dybala). DT: Lionel Scaloni.

VENEZUELA (0): W. Faríñez; R. Hernández, J. Chancellor, L. Del Pino Mago (55’, Soteldo), R. Rosales (84’, M. Seijas); J. Moreno, J. Murillo, Y. Herrera, T. Rincón; D. Machís (71’, J. Martínez) y S. Rondón. DT: Rafael Dudamel.

Goles: 10’, Martínez (A); 74’, Lo Celso (A).

Amonestados: Martínez y Acuña (A); Rincón, Herrera, Rondón y Soteldo (V).

Expulsados; no hubo.