Brigadier general de Ejército, sentenciado a 10 años por muerte de dos militantes del MIR

Se trata de Orlando Carter Cuadra, yerno del “Mamo” Contreras, quien participó en el asesinato de Bautista Van Schouwen y Patricio Munita, en diciembre de 1973.

Por EL ÁGORA / Foto: ARCHIVO

A diez años y un día de presidio mayor, fue condenado en forma unánime el brigadier general del Ejército Orlando Carter Cuadra, por los homicidios calificados de dos militantes del MIR, Bautista Van Schouwen Vasey y Patricio Munita Castillo.

Se pronunció al respecto la Segunda Sala Penal de la Corte Suprema, por hechos ocurridos el 14 de diciembre de 1973, en la Avenida Américo Vespucio, en Santiago.

Los ministros Haroldo Brito, Manuel Antonio Valderrama, Jorge Dahm, Leopoldo Llanos y María Teresa Letelier rechazaron los recursos de casación en la forma y en el fondo presentados por la defensa del militar.

El abogado querellante y representante de los familiares de ambas víctimas, Nelson Caucoto Pereira, mostró su satisfacción con este fallo, señalando que “éste es de aquellos casos destinados a no ser esclarecidos nunca. Sin embargo, el desempeño de la justicia es destacable, porque no han permitido que estos graves crímenes permanezcan en la impunidad, y han conseguido desentrañar una compleja y sofisticada acción de inteligencia. Mientras exista voluntad por acometer el juzgamiento de estos crímenes de lesa humanidad, como en este caso, no debieran existir delitos que permanezcan impunes y todos los crímenes de la dictadura pueden ser esclarecidos por el bien de Chile».

Del mismo modo, Caucoto valoró la actividad desplegada por el abogado Ilan Sandberg, del Programa de Derechos Humanos: “Es altamente elogiable, pues él descubrió el expediente que dio cuenta de lo realizado por Carter Cuadra con su patrulla el 14 de diciembre de 1973″.

El condenado Orlando Carter, tiempo después de estos crímenes, se casó con la hija mayor de Manuel Contreras. Ambos coincidieron en 1973 en el Regimiento de Tejas Verdes, unidad militar a la que pertenecía la patrulla que mató a las víctimas.

Bautista Van Schouwen, médico de 31 años, fundador del MIR y uno de los más carismáticos de sus dirigentes, fue detenido junto a Patricio Munita Castillo, 22 años, estudiante de Derecho de la U. de Chile, quien cumplía funciones de custodio de Van Schouwen, el 13 de diciembre de 1973, en la Parroquia de la Congregación de los Capuchinos, ubicada en calle Catedral 2345, por miembros de la DINA, encabezados por Marcelo Morén Brito.

En la oportunidad, también se detuvo al sacerdote Enrique White, quien habría sido la persona que les acogió en esa parroquia, siendo llevados a un recinto secreto de la DINA.

En la madrugada del día 14 de diciembre 1973, una patrulla militar compuesta por un oficial, un suboficial y dos conscriptos, dieron muerte a dos personas que, supuestamente, infringían el toque de queda, con múltiples disparos por la espalda. La patrulla comprobó que no portaban documentos de identificación ni armamento, dejando abandonados los cuerpos en la vía pública.

Las víctimas resultaron ser Van Schouwen y Munita, lo que se acreditó tiempo después a través de sus huellas dactilares.

Casi 50 años después de su muerte, se castiga al asesino de Munita y Van Schouwen.

La investigación criminal para esclarecer la muerte de Van Schouwen y Munita Castillo estuvo plagada de situaciones irregulares, que daban cuenta de un sofisticado accionar de inteligencia, con el objeto de confundir, dificultar o impedir el descubrimiento del accionar criminal.

De esta manera, se extraviaron en el Servicio Médico Legal los protocolos de autopsia, y los cadáveres de las dos víctimas fueron sepultadas clandestinamente por personal de DINA, fuera del horario de trabajo, y con la anuencia de autoridades del Cementerio General.

Se les sepultó en el Patio 29 como «NN», pero cuando la familia de Patricio Munita logró averiguar donde habían sido inhumados, y pudieron obtener la exhumación de su familiar y trasladarlo al Cementerio Católico, al día siguiente llegó personal de DINA y exhumó a Bautista Van Schouwen, procediendo a incinerarlo, no sin antes detener al trabajador del Cementerio General que había inhumado a las víctimas y lo llevaron detenido al recinto de Londres 38, donde permaneció cerca de tres meses.