Chile tras los Juegos Olímpicos de París 2024: reforzar fortalezas y disminuir debilidades

La actuación nacional ha sido la segunda mejor en la historia del deporte chileno, luego de los dos oros y un bronce ganados por el tenis en Atenas 2004. Hay un balance positivo y se piensa, definitivamente, en el término de la sequía medallística de Chile en los últimos 20 años.
Por PEDRO LIRA BIANCHI / Fotos: TEAM CHILE y PRESIDENCIA
La delegación de Chile en los XXXIII Juegos Olímpicos de París 2024, compuesta por 48 atletas en 18 deportes, ganó una medalla de oro y una medalla de plata, ubicándose en el puesto 55 del medallero general en que 84 países, entre 206 presentes, lograron preseas. Además, Chile obtuvo dos diplomas olímpicos, que se otorgan a los 8 primeros lugares, mientras otros 11 deportistas lograron posicionarse entre los 15 primeros de su prueba.
Con estos resultados, las autoridades han expresado estar satisfechas y han afirmado que la actuación nacional en París 2024 ha sido la segunda mejor en la historia del deporte chileno, luego de los dos oros y un bronce ganados por el tenis en Atenas en 2004. En síntesis: hay un balance positivo y se piensa, definitivamente, en el término de la sequía medallística de Chile en los últimos 20 años.
Esos son los datos objetivos. Ahora, en Chile comienzan las evaluaciones para extraer conclusiones del proceso y definir cómo encarar el período de olimpiadas que llevará a nuestro país a los próximos Juegos en Los Ángeles 2028.
Para el investigador de la Universidad Austral de Chile, el profesor de Educación Física y magíster en Ciencias de la Motricidad Humana con mención en Alto Rendimiento, Jorge Flández, quien estuvo en París días previos a los Juegos en el 16º Simposio Internacional de Investigación Olímpica y Paralímpica, organizado por la Universidad de Besancon, “las evaluaciones ideales luego de un megaevento como los Juegos Olímpicos, son las realizadas en relación con los objetivos finales propuestos, el contexto del proceso preparatorio, los resultados obtenidos y habiendo indicadores de cumplimiento”.
“Si eso no se hace, agrega Flández, lo que habrá es sólo una opinión acerca de resultados, que da para las versiones más diversas”.
Previo a los Juegos, el presidente del Comité Olímpico de Chile (COCh), Miguel Angel Mujica, declaró que había posibilidades de medallas para Chile, pero no fue enfático, indicando, eso sí, que con toda seguridad habría diplomas olímpicos. Finalizado el evento global, el mismo dirigente indicó: “La presentación de Chile en los Juegos Olímpicos fue seria y planificada por el Plan Olímpico, en una alianza estratégica entre el Mindep, IND, Federaciones y COCh, lo que trajo consigo estos buenos resultados”. “Hacia adelante, prosiguió, tenemos que trabajar desde ahora los Juegos del 2028 en Los Ángeles, por ejemplo, con un plan especial con los top ten de los Juegos Santiago 2023”.

MEDALLAS NO SORPRESIVAS
En este contexto, las dos medallas de Chile no estaban aseguradas de antemano, sin embargo, no fueron una sorpresa del todo. Estimaciones previas no hechas públicas por el COCh precisaban que, sin indicar el metal que podían lograr, había un grupo acotado de deportistas nacionales, entre quienes se hallaban Francisca Crovetto y Yasmani Acosta, además de los tenistas Jarry y Tabilo y el golfista Niemann, que podían acceder al podio. Así fue.
¿Por qué había confianza o esperanza de que Francisca Crovetto, Yasmani Acosta, el tenis y golf podían acceder a lugares de privilegio? En el caso de los dos medallistas, su evolución, madurez, preparación y resultados a nivel mundial, hacían pensar, con los pies en tierra, que sus resultados podían ser positivos.
Lo que sí estaba más claro en las evaluaciones técnicas era la factibilidad de que atletas nacionales recibieran diplomas olímpicos. Éstos fueron dos y se pensaba que serían más, al menos cinco. Los ganadores fueron la ciclista del MBX Free Style, Macarena Pérez, quien logró una muy buena quinta posición, tampoco del todo sorpresiva porque en los Juegos de Tokio 2021 había ganado diploma con su 8° puesto, y el velerista Clemente Seguel, quien alcanzó la posición 8. En estos dos casos, también hubo un proceso completo de preparación.
En el resto de los 44 representantes de la delegación chilena hay deportistas con posiciones destacadas, otros de quienes se esperaba más, algunos que podían pasar a segunda o tercera ronda y algunos que no estuvieron en su mejor momento. Todos, no obstante, fueron parte de un proceso.
CASOS DESTACADOS
El remo femenino con las hermanas Melita y Antonia Abraham, quienes lograron el 9° puesto en sus primeros Juegos Olímpicos juntas, es digno de resaltar; Joaquín Niemann en golf, con un 9° puesto en su segunda experiencia olímpica; Martín Vidaurre, 11° en mountain bike; María José Maillard y Paula Gómez en canotaje C2 500 metros, logrando un 12° lugar, y la misma Maillard con un también 12° puesto en canotaje C1 200.
Al mismo tiempo, se esperaba más de Alejandro Tabilo y Nicolás Jarry, quienes en dobles pasaron a octavos de final, lo mismo que sucedió con la dupla del vóleibol playa de los primos Marco y Esteban Grimalt, quienes pasaron a octavos de final y luego fueron derrotados por la dupla de Qatar por 2-0. También de los nueve representantes del atletismo (el deporte con más atletas por parte de Chile), al menos se esperaba en varios de ellos el que se acercasen a sus mejores marcas personales, meta que sólo alcanzó la balista Ivana Gallardo, al llegar en el lugar 18 con 17.64 metros, y teniendo como su mejor distancia los 17.91 de marzo de este año. El resto, estuvo lejos de sus marcas y varios fueron autocríticos, indicando que seguramente el escenario de la competencia fue superior a ellos.
Fue el caso de Claudio Romero con sus tres lanzamientos nulos en el disco (lo mismo le ocurrió en los Panamericanos de Santiago 2023), habiéndose presentado para París con una marca de 67.29, que le permitía haber sido finalista. En una reacción entendible, pero ofuscado, el deportista de 24 años, campeón mundial sub 20 en el 2021, dijo que buscaría otros caminos en el deporte. En cuanto los martilleros Gabriel Kehr y Humberto Mancilla, también estuvieron bajo sus marcas y, finalmente, alcanzaron los puestos 21 y 24, respectivamente.
Sumando y no necesariamente restando, un camino recomendable a seguir por Chile, es reforzar las fortalezas que se han logrado y más aún los temas en que el país es débil. Se necesita para ello, entre otros aspectos, planificar en el largo plazo, mantener e idealmente hacer crecer los presupuestos para el sector, aumentar la masa crítica de los exponentes del alto rendimiento desde la detección de ellos y ellas, y aumentar la capacitación para técnicos nacionales.
Veamos algunos de estos aspectos. La inversión del Estado ha crecido sostenidamente. El 2008 se creó el Plan Bicentenario con 3.000 millones de pesos, recursos utilizados para mejorar infraestructura y financiar los proyectos deportivos de media docena de deportistas. El 2010, el Plan Bicentenario se reestructuró; pasó a llamarse Plan Olímpico y se inyectaron 10.000 millones de pesos, que con el correr de los años y los positivos resultados a nivel suramericano y panamericano han seguido creciendo para la preparación de los seleccionados nacionales.
Desde el 2010 en adelante, la mayoría de los deportistas mejor calificados de Chile han tenido constantes procesos de preparación y competencias dentro y fuera del país, como también han contado con equipos técnicos de alto nivel, muchos de ellos extranjeros. A eso, en paralelo, hay que agregar la inversión en infraestructura, tanto para los Juegos Panamericanos del 2023, que es de lujo, como tomar en cuenta que en todo Chile hay cerca de 50.000 recintos deportivos en diferente estado de mantención, pero existen. Con un plan estratégico que ordene la reparación como las nuevas obras, todo Chile podrá contar con espacios para el deporte para todos, como para el alto rendimiento.
Sin duda que los elementos anteriores han colaborado en los resultados, tanto previamente para los Juegos Suramericanos (Chile fue cuarto en Asunción 2022) y en los Panamericanos de Lima 2019, como Santiago 2023, en que, en ambos, el país fue octavo. El alza también se concretó en París 2024. Para mantener este camino ascendente, entre otros temas, hay que priorizar algunas materias.

Primero: así como el presidente del COCh dijo en París que para los Juegos de Los Ángeles 2028 había que tomar a los top ten de Santiago 2023 y trabajar profundamente con ellos, se debiera realizar, paulatinamente, como lo han hecho países deportivamente desarrollados, una priorización de deportes con un sistema flexible de logros obtenidos en diferentes facetas. Es lo que se denomina como una medición de desempeño. ¿Qué implica ello? Recursos basales del Estado + gestión administrativa + gestión financiera + gestión técnica = más recursos para los que cumplen.
La experiencia comparada dice que por allí debe lograrse la modernización del sector federado chileno, que es privado. Si lo que se hace es inyectar recursos del Estado a las federaciones porque sí, sin motivarlos al cambio, se corre el riesgo de que estas organizaciones sigan, en la mayoría de los casos, marcando el paso.
Segundo: tienen que continuar habiendo técnicos extranjeros, pero hay que, con urgencia, capacitar a alto nivel a técnicos chilenos. Una de las falencias de estos es el que no están preparados para tener y sostener procesos técnicos en total conjunción con los procesos científicos. Hoy, la única manera de lograr un salto cualitativo en el deporte mundial, es poder trabajar con las herramientas que aportan las ciencias para el deporte, tema muy subutilizado por los entrenadores que trabajan en Chile. Sus resultados positivos se pueden ver, entre no muchos, con el remo nacional y con el caso de los hermanos Martín y Catalina Vidaurre en ciclismo mountain bike.
El ex entrenador del remo chileno, Bienvenido Front, trabajó a diario en Chile por 10 años con mediciones científicas de distinto tipo; lo mismo sucede con el técnico Jorge Cajigal. Él, desde París viajó a Noruega, donde están los mejores laboratorios del mundo. A su regreso a Santiago, Cajigal será parte de un equipo que gestionará un laboratorio para las ciencias del deporte en una importante universidad privada en Santiago, la misma que impartirá la carrera de Ciencias del Deporte.
Tercero: en esta amplia temática de las ciencias al servicio del rendimiento deportivo, se encuentra la psicología, una herramienta para la salud mental de los atletas. En este campo, Chile mostró fortalezas y debilidades en París. La fortaleza más explícita, pero no la única, la dio Francisca Crovetto. En su carrera deportiva, ella ha encarado el tema con varios profesionales, entre ellos, el psicólogo del Centro de Alto Rendimiento Alexi Ponce, con quien trabajó entre el 2007 y el 2019. Actualmente, la tranquilidad mental y corporal de la medallista de oro olímpica sigue desarrollándose día a día con otra profesional del área. El trabajo psicológico tiene que ser parte de la vida corriente de un atleta de alto rendimiento, en entrenamiento y más aún en competencia.
En París quedó claro que esa materia está al debe con varios de nuestros representantes. El ejemplo más claro lo dio el atletismo con algunos de sus exponentes. Uno de ellos, el discóbolo Claudio Romero, como ya se dijo anteriormente, declaró al finalizar la prueba, que deseaba retirarse del atletismo porque en los torneos más relevantes no podía responder bien.
Cuarto: es imprescindible fortalecer la competencia local, débil en cantidad y calidad y con regiones muy ausentes. Para paliar en parte ese déficit, en 2013 se crearon los Juegos Deportivos Nacionales y Paranacionales. Se hicieron cuatro versiones cada dos años, cada una con seis deportes. Este evento se instauró siguiendo el modelo colombiano, pero por la pandemia y por no priorizarlos, se descontinuaron desde el 2019. Ahora, por iniciativa del COCh, y en asociatividad con el Mindep, IND, el gobierno regional de La Araucanía y la Municipalidad de Temuco, los Juegos en mención volverán en septiembre de 2024, con más deportes y sedes en la capital regional, Villarrica y Pucón.
Quinto: el alto rendimiento no es una isla. En Chile hay un 75% de población inactiva y, como parte de lo mismo, un alto porcentaje de niños, niñas y jóvenes en estado de obesidad, una pandemia para la Organización Mundial de la Salud (OMS). El tema le representa al Estado de Chile dedicar miles de millones de pesos (con platas de todos los chilenos) para encarar este flagelo, necesario de asumir en forma intersectorial. En este tema Chile está al debe.
La Política Nacional de Actividad Física y Deporte 2016-2025, lo tiene como primera prioridad. Es probable que como las cifras al respecto no han variado mucho positivamente en la última década, la nueva Política Nacional que habrá desde el 2026 al 2038, que tomará en cuenta tres ciclos olímpicos, vuelva a plantear que la prioridad para Chile es el trabajo para tener una población más activa. El deseo, entonces, es que aunque son temas distintos, y entrelazados por la motricidad, el alto rendimiento, el deporte y la actividad física caminen en conjunto.
El llamado, por tanto, es que las autoridades políticas, de todos los colores, miren el alto rendimiento y la actividad física con altura de miras, en forma prioritaria y con una visión de largo plazo.