Columna de Carlos Cantero: Para frenar la pandémica se requiere de liderazgos éticos, con sentido viral y global (parte I)

Ésta es una invitación a la reflexión, abierta, respetuosa, tolerante, con la elevación de consciencia y el pluralismo que hace foco en el bien común y en el rol que debemos asumir en una nueva sociedad que emerge. La idea es promover un pensamiento crítico enfocado en la unidad y autocrítico de los diversos actores de la sociedad involucrados, para promover unidad en la unicidad y el sentido de comunidad.

Por CARLOS CANTERO OJEDA / Foto: ARCHIVO

La batalla que se libra en el mundo, en todos los frentes imaginables, es la tensión entre el avasallador despliegue del materialismo y la contención que representa la espiritualidad, en anclaje de los principios, la reversión de la opacidad valórica, el respeto de los límites que apuntan a la integralidad y dignidad de la persona humana y su plena realización material y espiritual.

En las últimas décadas a nivel global y continental, el humanismo laico ha perdido presencia e influencia en la sociedad. Es necesario repensar el papel que debemos jugar, más allá de lo superfluo o trivial, si queremos cautelar la vigencia de los valores que juramos respetar y preservar.

Debemos potenciar la capacidad comprensiva de la nueva realidad, la adaptabilidad institucional a los desafíos del siglo XXI y las demandas de la sociedad digital, altamente interconectada e interdependiente, donde las tecnologías de información y comunicación juegan un rol determinante en la capacidad de viralización de ideas y el contagio valórico.

Es necesario reflexionar sobre nuestros desafíos, anclados en principio y valores humanistas, despojados de ideologismos y sectarismos, que son muy subalternos, la luz del cambiante y vertiginoso mundo que nos ha tocado vivir. Los librepensadores deben asumir la primera línea, el desafío de ser coherentes y consecuentes con el valioso legado de nuestros antecesores que hicieron historia y comprometernos en la construcción de una sociedad con más libertad, igualdad y fraternidad.

LA PANDEMÉTICA

Es un proceso en que una comunidad es alcanzada por un mal, una enfermedad, que se extiende (viraliza y contagia) a muchos territorios, que ataca a la población de un tiempo-espacio. Se produce cuando surge un nuevo virus o se propaga alguna mutación y la mayoría de los individuos no tiene inmunidad. La expresión, por extensión, puede aplicarse a procesos sociales, económicos o de otra naturaleza, también los conceptos de: a) autoinmunidad asociado al tratamiento de la otredad y b) sicosomáticas que se vincula con la mismidad.

Se propone como neologismo el concepto “pandemética”, palabra compuesta por pandemia y ética, que señala el proceso de degradación ética, que se viraliza con una alta tasa de contagio, a gran velocidad, destruyendo el tejido social, público y privado, en el espacio-tiempo global. Se trata de una mutación valórica, que se propaga vertiginosamente, proceso viral que encuentra a la mayor parte de los individuos sin inmunidad, induciendo “inflamación y fiebre” socio-cultural.

Tiene impactos diferenciados según los distintos ethos, que pueden ser favorables o no a su desarrollo, según la inmunología (cultural y valórica) de cada población. Se trata de la opacidad de los límites en la sociedad, de una degradación valórica, de un relativismo permisivo, de una crisis en la relacionalidad del ethos, que termina afectando la ética, la estética y la emocionalidad.

Esta crisis socio-cultural es estructural, es la tensión entre lo interior y lo exterior en el ser humano, tiene fundamentos filosóficos y éticos, no es un asunto local, ni siquiera continental, sino un fenómeno global que alcanza a países ricos y pobres, de izquierda y derecha, de diversas religiones y espiritualidades. Es la tensión esencial de nuestra cultura, entre lo material y lo espiritual. Una visión minimalista de la dignidad de las personas y del sentido de comunidad, que promueven ideologías de sesgo materialista. Tiene que ver con el debilitamiento de los fundamentos de la cultura y la sociedad: un individualismo desbordado, el debilitamiento de la dignidad de la persona humana, por el nihilismo y el hedonismo, un sentido de inmediatez, un cosismo degradante que exuda materialismo.

REVOLUCIÓN TIC Y SOCIEDAD DIGITAL

La revolución en las TIC (tecnologías de información y comunicación), cambia la relacionalidad social y las dimensiones témporo-espaciales, cambiando la centralidad, proximidad, accesibilidad y conectividad de los individuos y las organizaciones.

Las relaciones sociales mutan desde la verticalidad hacia la horizontalidad; cambia el paradigma comunicacional; emerge un nuevo valor de la diversidad que trae aparejado un nuevo pluralismo, las redes sociales, se democratiza el acceso a las tecnologías de información y comunicación, que cada vez son más baratas y poderosas.

La élite y su influencia quedan determinadas por sus capacidades adaptativas a la sociedad digital, cuestión en que la política ha mostrado ceguera e ineptitud, a diferencia de lo observado en la sociedad civil.

El proceso está influenciado por la emergencia de la sociedad digital, la virtualidad y su influencia en la nueva expresión de la sociedad de masas. El cambio fundamental impacta en la relacionalidad de las personas, en la capacidad de influenciar que generan las redes sociales digitales, la divinización de la big data sin consideración de las personas, la invasión de la subjetividad de los individuos de manera omnisciente, omnipotente y omnipresente, lo que permite nuevas formas de influir y gestionar las audiencias masivas (sin su consentimiento).

En este contexto emergen nuevos desafíos y conflictos que tienen sentido estructural, promueven el cambio del modelo o paradigma, con categorías culturales como: medio ambiente, pueblos originarios, calentamiento global, migraciones, minorías sexuales, asimetrías socio-económicas, género, color, entre otras.

Con la amplia difusión de las TIC, cambian las formas de conflictividad, derivando hacia ataques cibernéticos, físicos y biológicos, haciéndolos más selectivos o masivos según la conveniencia. También hay mayores capacidades de mimetismo, de ocultamiento, particularmente cuando se dan las asimetrías tecnológicas y de conocimiento respecto de la usabilidad digital.

Columna de Carlos Cantero: Caracterización de los movimientos sociales (parte II)

 

CARLOS CANTERO

(Punta Arenas, 11 de noviembre de 1956). Doctor en Sociología, geógrafo y político independiente. Senador por la 2ª Circunscripción, Región de Antofagasta, desde 1998 a 2014, por dos períodos consecutivos. Diputado por el Distrito Nº 3, Región de Antofagasta, entre 1990 y 1998. Alcalde de los municipios de Sierra Gorda, Tocopilla y Calama entre 1983 y 1988.