Columna de Daniel Pérez Pavez: Por qué Berizzo y la Roja Panamericana le negaron los últimos honores al capitán…

La selección de los Juegos de Santiago 2023 ofrecía una inmejorable oportunidad para que Claudio Bravo cerrara una etapa como símbolo de una generación dorada que se extingue, pero el DT mantuvo su decisión de prescindir del portero que rechazó la primera convocatoria del ciclo.
Por DANIEL PÉREZ PAVEZ / Foto: ARCHIVO
Aunque a menudo se afirma que las demostraciones de poder son al cabo un mero disfraz de la debilidad, el golpe de efecto que quiso dar el técnico Eduardo Berizzo en la Roja terminó convirtiéndose en un capricho de compleja lectura en el limitado universo de una selección que aún no convence ni motiva en la cancha.
La marginación ya casi definitiva del portero y ex capitán Claudio Bravo por priorizar sus vacaciones en la liga europea sobre un set de partidos intrascendentes con rivales playeros –Cuba y República Dominicana-, devino en la desaparición del portero del Betis en las siguientes nóminas y una virtual jubilación forzada para quien merecía mayor respeto a su trayectoria en el arco que, históricamente, honraron desde el “Sapo” Livinngstone al “Cóndor” Rojas.
El “Gran hermano” de la Roja, quien acaba de ser ratificado por Pablo Milad en un ritual tan extraño como extemporáneo, acaso pudo revalidar su ascendiente jerárquico demostrando, por ejemplo, la misma tolerancia e incondicionalidad que tuvo con Gary Medel y Arturo Vidal en los momentos de bajo rendimiento que les llevó a ambos a dejar Europa para reciclarse futbolísticamente en Brasil.
Incluso, la reciente convocatoria del plantel para los Juegos Panamericanos se presentó de pronto como la mejor coyuntura para que–según reza la jerga futbolera- el Toto pudiera salir jugando… Sin embargo, tempranamente, incluso cuando aún estaba lesionado en la U, el técnico erigió al zaguero central Matías Zaldivia como su estandarte de experiencia para la Roja Sub 23, a pesar de que en nuestro torneo figuran otros defensores de similares prestaciones que el excolocolino.
El “Quili” Vilches, Carlos Labrín, Francisco Alarcón, Luis Casanova, por mencionar algunos que cumplen el perfil…
Al fin, sin menospreciar la categoría de Brayan Cortés como mejor arquero chileno del torneo y más allá de los permisos reglamentarios requeridos, la presencia de Claudio Bravo como una de las tres excepciones permitidas en la Sub 23 habría dotado de un “emblema” indiscutible a un grupo que, está claro, necesita apoyarse en referentes con presencia y liderazgo probado.
Aunque, en rigor, Claudio Bravo no lo reivindica ni dramatiza –ver nota- y la generación dorada se extingue tras un ciclo fantástico, darle a Bravo un cupo en Santiago 2023 habría sido el cierre soñado para esa etapa en que, indefectiblemente, los “viejos estandartes” entregan el mando y se retiran con todos los honores a sus cuarteles de invierno…