Columna de Juan Luis Carter: La guardiana de los valores olímpicos en un mundo dividido

Entre la continuidad y el cambio. Kirsty Coventry llega a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI) para dar continuidad al legado de Thomas Bach, pero con un enfoque renovado.

Durante su mandato (2013-2025), Bach defendió con firmeza la neutralidad del deporte frente a presiones políticas, especialmente en el espinoso caso ruso. Coventry, su discípula más cercana, ha adoptado esta misma línea pragmática.

Diplomacia tras bambalinas

Siguiendo el estilo de Bach, Coventry prefiere solucionar conflictos mediante canales discretos, como cuando logró que atletas afganos en el exilio compitieran en París 2024.

Ni exclusiones ni complicidades: frente a posturas radicales que pedían vetar completamente a Rusia, defendió la participación de atletas bajo estricta neutralidad, excluyendo sólo a quienes apoyaran abiertamente la guerra.

Pero Coventry no es una mera continuadora. Su elección rompió moldes: «El COI debe reflejar la diversidad del mundo que representa», declaró al asumir el cargo, enviando un mensaje claro contra el eurocentrismo que por décadas dominó la institución.

Los grandes retos de su mandato

El deporte en la arena geopolítica. La nueva presidenta hereda tensiones que amenazan con fracturar el movimiento olímpico:

-Trump y los atletas transgénero: el mandatario estadounidense ha prometido vetar su participación en Los Ángeles 2028. Coventry respondió con firmeza: «Nadie será excluido por su identidad».

-Rusia y la sombra de la guerra: Moscú presiona para volver plenamente a los Juegos. Coventry mantendrá el estatus neutral, pero deberá lidiar con un Putin que ya la llamó «una líder pragmática».

-El conflicto israelí-palestino: en París 2024, el COI permitió la participación de israelíes bajo su bandera, mientras invitó a palestinos sin clasificación. Un equilibrio frágil que deberá mantener.

La inclusión que falta

Aunque los Juegos han logrado paridad de género en competición, persisten brechas profundas:

-Techos de cristal: sólo el 30% de los cargos directivos en el deporte mundial son ocupados por mujeres.

-El debate transgénero: Coventry anunció la creación de un grupo de trabajo para regular su participación, buscando un balance entre inclusión y equidad competitiva.

El futuro: ¿Juegos en África?

Como primera presidenta africana, Coventry tiene la oportunidad histórica de llevar los Juegos a su continente en 2036. Sudáfrica ya prepara su candidatura, pero deberá competir con India y Qatar.

Además, enfrenta otros desafíos:

-Cambio climático: los Juegos deberán adaptarse a nuevas realidades, como el ajuste de fechas para evitar olas de calor extremo.

-Independencia económica: con el 70% de los ingresos del COI dependiendo de NBC, buscará diversificar patrocinios y explorar modelos de transmisión directa.

La elección de Coventry y su impacto en Latinoamérica

La llegada de Kirsty Coventry a la presidencia del COI podria representar una oportunidad histórica para América Latina. Como primera líder africana y mujer en dirigir el organismo, su elección refuerza la diversidad en el deporte global, algo que puede inspirar a la región a promover mayor inclusión de género y representación en cargos directivos, respaldados en Sudamérica por gobiernos cada vez más interesados en organizar grandes eventos.

Desafios: un olimpismo para el siglo XXI

Kirsty Coventry asume la presidencia del COI en un momento crítico. Su éxito dependerá de su habilidad para:

-Preservar la unidad olímpica frente a intentos de politizar el deporte.

-Avanzar en inclusión real, más allá de gestos simbólicos.

-Llevar los Juegos a nuevos horizontes, empezando por África.

Como ella misma dijo: «Seré fiel a los valores olímpicos, pero no tendré miedo de innovar».

El mundo observa si su liderazgo estará a la altura de los desafíos.