Columna de Miguel Ángel San Martín: Inteligencia contra la matonería
¿Qué nos está pasando? La pregunta me hiere como un látigo y me causa dolor en las entrañas. Y todo es porque no acierto a entender que la ”ley del más fuerte” se está imponiendo en el mundo, rebajando el valor de la vida a cotas inverosímiles.

Solucionar los problemas a cañonazos, no respetar nada, ni los acuerdos, ni los documentos firmados, ni siquiera la voluntad mayoritaria de tu propio pueblo, se está convirtiendo en una mala costumbre, en un hábito que nos degrada como seres humanos inteligentes.
Un país que ha nacido con vocación de muerte, como es Israel, agrede en forma alevosa y criminal a otro, porque no está de acuerdo con su gobierno. Se anticipa y se justifica acusando de belicismo, en circunstancias de que él mismo es el país que vive de la guerra. No creo que todos los israelíes estén en esa misma condición, pero quienes les gobiernan, respaldados por amañadas elecciones democráticas, me parece que son los maestros de la prestidigitación ideológica, del malabar que entretiene mientras engaña a los ciudadanos, del genocida que ya no se oculta y que se maneja en la mentira con descaro.
Espionaje malévolo
Azuzado por el fanático “Emperador del Mal”, desde el norte de América, Netanyahu y sus huestes han realizado una intervención militar preparada por años. Ha iniciado la invasión de Irán con un proceso de espionaje malévolo, contando con la maestría del ocultismo, obedeciendo a un plan preconcebido que fue perfeccionándose a medida que la tecnología militar se iba haciendo cada vez más sofisticada.
Ellos mismos lo reconocen mediante documentación que hacen circular para atemorizar a cualquier otro potencial rival o enemigo. Su tenebroso brazo llamado Mossad, servicio secreto de los más bajos instintos, planificó por años esta acción y fue preparando meticulosamente el escenario de la masacre. No sólo destruyó laboratorios y centrales de investigación nuclear, justificándose con que “Irán intentaba fabricar una bomba nuclear”. Los iraníes lo desmienten y aducen a los diálogos que estaban sosteniendo con el propio Donald Trump.
El poder nuclear lo tiene Israel
Si esa infraestructura sirviera efectivamente para conseguir fines militares, nos deberíamos preguntar ¿Cuál es el único país del medio oriente que posee armamento nuclear? Pues es Israel, que se ha dotado de un potencial bélico impresionante. Eso demuestra, en consecuencia, su vocación bélica sin límites.
Pero hay más. Israel aplicó la cibernética para dejar fuera de uso los sistemas de defensa aérea de Irán, las redes informativas de la cúpula militar, impidiendo el control satelital de los iraníes, y la eficacia de la acción de largo alcance de sus radares. Reconocen los israelíes que han utilizado la inteligencia artificial en una guerra cibernética, sólo vista en el cine.
Y desarrollaron un aspecto de la guerra aérea, con aparatos muy modernos, fabricados en países -como Estados Unidos- que tienen tecnología avanzada y que comercian con ellos, sin restricciones. Además, operaron drones especialmente dotados para causar daños muy potentes, así como otros misiles hipersónicos de última generación.
Un intervencionismo inaceptable
Ahora exigen el cambio del régimen gubernamental. Y Trump se atreve a afirmar que ellos no van a intervenir, cuando amenaza de muerte al propio líder Jamenei.
Y volvemos a preguntarnos… ¿con qué derecho intervienen tan violentamente en los asuntos internos de un país? ¿Qué lógica les ha llevado a tamaña atrocidad? Y además, ¿cómo podemos reaccionar las demás naciones que abrazamos la paz verdadera y potenciamos la inteligencia humana para convivir?
Lo que podemos hacer
Hay que detener la mano criminal de los matones. Hay que castigar a los que destruyen todo lo construido con tanto esfuerzo, para una convivencia internacional con sentido común. Hay que aislarles y demostrarles que el poder de la inteligencia es más fuerte que la irracionalidad de los agresores. Hay que darles poder a los organismos creados entre todos para que su acción sea eficaz en conseguir la paz en el mundo.
No podemos seguir callando ante la evidencia del abuso, de la destrucción y de la injusticia. Nuestra voz, nuestra inteligencia, encontrarán los cauces suficientes para poner fin a tanta barbaridad, para castigar la brutalidad y retomar la marcha por los caminos de la paz estable y duradera, avanzando en el progreso social con la sonrisa de un mañana mejor para la Humanidad.