Crece uso de la IA pero pocos confían en sus resultados
Más de 48 mil personas en 47 países revelaron en un estudio global que usan inteligencia artificial con frecuencia, aunque muchas no confían en ella ni han recibido capacitación.

Una encuesta internacional encabezada por la Universidad de Melbourne junto a la consultora KPMG detectó una llamativa contradicción: aunque más del 66% de las personas utilizan herramientas de inteligencia artificial de forma habitual, sólo el 46% confía en ellas.
El sondeo fue realizado entre noviembre de 2024 y enero de 2025, con más de 48 mil participantes en 47 países.
El estudio analizó no sólo el uso diario de la IA en entornos laborales, académicos y personales, sino también las percepciones sobre su seguridad, ética y precisión.
Los encuestados evaluaron su confianza según criterios técnicos y morales, lo que permitió identificar que la mayor fe está puesta en la capacidad operativa de los sistemas, aunque persisten dudas sobre su imparcialidad y el potencial de causar daño.
Sin formación, pero bajo presión por usarla
Según los datos recogidos, el 58% de quienes usan IA en sus trabajos lo hacen de manera constante, y un 33% incluso a diario. Afirman que les permite trabajar con mayor eficiencia, acceder a más información y generar mejores resultados.
Sin embargo, muchos empleados la utilizan sin aprobación formal, y un 50% confesó haber incumplido políticas internas para acceder a herramientas como ChatGPT.
Además, el 57% reconoció que ha presentado trabajos generados por IA como propios sin verificar su contenido, y un preocupante 56% admitió haber cometido errores laborales por falta de revisión humana posterior.
“La gente siente que si no la usa, se queda atrás”, advierte Samantha Gloede, directora general de KPMG, quien además revela que algunos trabajadores incluso subieron información sensible a plataformas abiertas o elaboraron “deepfakes” de ejecutivos, con el consiguiente riesgo reputacional.
Falta de alfabetización digital en las empresas
El estudio concluye que sólo el 40% de los empleados ha recibido algún tipo de formación sobre Inteligencia Artificial, y la mitad admite no entender bien cómo funciona. Para Gloede, el camino debe ir hacia la creación de “marcos de confianza en IA”, que incluyan principios claros de uso ético y responsable, tanto a nivel corporativo como gubernamental.
“Tenemos mucho que ganar si se usa bien”, afirma, apuntando a que el desarrollo y la implementación adecuada de estas tecnologías debe ir acompañada de educación, supervisión y políticas claras para evitar riesgos y aprovechar verdaderamente sus beneficios.