¿Cuál “Mati” sería el que retorna a Colo Colo?

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Por Eduardo Bruna
Actualizado el 6 de diciembre de 2019 - 8:41 pm


Está claro que el prospecto de jugador de nivel mundial que en algún momento fue se extravió en el tiempo. Que nunca llegó a las alturas que todos creíamos o esperábamos. Hoy, ya con 33 años y abrumado por sucesivas lesiones, el regreso del “hijo pródigo” al Monumental plantea muchas más dudas que certezas para un “Cacique” con varios desafíos por delante.

Doce años después de su partida al fútbol internacional, para militar en el Villareal de Manuel Pellegrini, se dice que Matías Fernández, con 33 años a cuestas y abrumado por las lesiones, podría volver a su club de siempre: Colo Colo.

Terminado su vínculo con el Junior de Barranquilla, Colombia, y con el pase en su poder, el “Mati” es el jugador justo para que Blanco y Negro justifique estar haciendo “algo” por reforzar un plantel limitado y mediocre que deberá, sin embargo, afrontar el año próximo una nueva versión de Copa Libertadores.

Fernández, no cabe duda, en tres años con la alba, se transformó en ídolo del “Cacique” y el recuerdo de sus actuaciones, de sus goles, permanece fresco aún en el sentimiento de una hinchada que, nostálgica de tiempos mejores, verá seguramente en el retorno del volante una buena razón para desempolvar esperanzas.

Es, a estas alturas, además, un jugador si no barato, económicamente mucho más asequible que cualquier otro que milite en algún club con el que hay que empezar a conversar por el costo de su carta. Sea de Chile o de fuera. Con el pase en su poder, el “Mati” sólo tendría que ponerse de acuerdo con Blanco y Negro para concretar su retorno al Monumental tras un peregrinar de casi trece años por canchas y clubes del mundo.

La pregunta es, sin embargo, ¿cuál será el Matías Fernández que eventualmente volverá a Colo Colo? ¿Aquel que en 2006 llegó a ser distinguido como el “Mejor de América” o ese jugador que claramente parece ya venir de vuelta?

Está claro que, como en el tango “Sur”, “ya nunca lo verán como lo vieron”. Con una edad cercana ya a la veteranía, futbolísticamente hablando, el “Mati” los últimos tiempos los ha vivido, además, atormentado por todo tipo de lesiones que lo han relegado a un absoluto segundo plano en canchas mexicanas y colombianas.

En otras palabras, está lejos de ser aquel jugador que en su mejor momento llamó la atención del continente y del mundo, provocando que hasta los argentinos, generalmente desdeñosos de futbolistas que no son de ellos, recordaran a cada rato y gratuitamente por lo demás, que el “Mati” algo de argentino tenía, por haber nacido fortuitamente en Buenos Aires de padres chilenos.

¿Qué le pasó en el camino a Matías, “regalón” de Claudio Borghi cuando lo dirigió en Colo Colo, al punto de llegar a decir que el “Mati” era tan bueno como el “Kun” Agüero, delantero coetáneo de Fernández cuando todavía vestía los colores de Independiente de Avellaneda? Porque mientras el “Kun” se transformó en pieza clave del ganador Manchester City, y sólo esporádicamente dejó su lugar a otro en  el ataque de la albiceleste, el “Mati” no lograba hacer huesos viejos en ninguna parte, por más que, de tanto en tanto, mostrara destellos de ese crack que en su momento muchos alabaron.

Tal parece que su personalidad, excesivamente retraída y tímida, le jugó siempre en contra. El “Mati” era de aquellos que le escapaba al micrófono y a las notas como si viera al Diablo. Muchos compañeros llegaron a decir, incluso, que tardaron días y semanas en conocer el tono de su voz.

Y un jugador así no puede triunfar en las “grandes ligas”, por muy bueno que sea. Menos en un puesto como el que ocupaba el “Mati”, donde hay que gritar, ordenar, mostrarse, pedir la pelota y hasta retar a un compañero. Cualquier volante necesita un don de mando que Fernández nunca tuvo. ¿Se imaginan en una cancha callados al “Pipo” Gorosito, al “Leo” Rodríguez o al “Cabezón” Espina?

Puede ser, también, que fuéramos nosotros los que con él nos hicimos grandes expectativas. Que, después de esa Copa Sudamericana brillante de 2006, hasta nos imagináramos al “Mati” en el Manchester United, el Bayern Munich o el Real Madrid. Y puede que él nunca se haya planteado metas así, por más que en esos tres clubes, y en otros “grandes” europeos, se hayan desempeñado satisfactoriamente jugadores incluso con menos condiciones naturales que este muchacho llegado a Pedreros desde los baldíos caleranos.

A lo mejor, triunfar en Colo Colo, como él triunfó, colmaba plenamente todas sus expectativas y nunca quiso ni pretendió mucho más.

El problema es que, de concretarse su retorno al Monumental, el “Mati” ofrece muchas más dudas que certezas. Parecidas a las que plantea la permanencia de Esteban Paredes. Similares a las que provoca la eventual permanencia de un “Mago” Valdivia tan genial en la cancha como impredecible a la hora de apelar al criterio o a la conducta.

¿Lo querrá Mario Salas? Porque hasta ahora, de su posible retorno a la alba sólo ha hablado el presidente de Blanco y Negro, Aníbal Mosa. Marcelo Espina, el gerente técnico, y el entrenador albo, hasta aquí no se han pronunciado. Al menos públicamente.

Colo Colo ha tenido, además, tristes experiencias en las últimas temporadas con retornos que se antojaban hasta soñados para el hincha. El “Chupete” Suazo y Lucas Barrios, ambos goleadores notables e ídolos indiscutibles, fueron apenas fantasmas de lo que alguna vez habían sido, ratificando aquello de que “nunca segundas partes fueron buenas”.

Con el “Mati”, aunque suene duro decirlo, podría ocurrir lo mismo.