Dejar de fumar será parte del GES desde diciembre
El plan de salud pública sumará el tratamiento antitabaco como una nueva garantía para mayores de 25 años. La medida incluye apoyo médico y psicológico gratuito a través de Fonasa e isapres.

El Gobierno confirmó que desde diciembre el tratamiento para dejar de fumar será incorporado como garantía explícita en salud (GES), una decisión anunciada por el Presidente Gabriel Boric durante la última Cuenta Pública y detallada por la ministra de Salud, Ximena Aguilera.
Este nuevo beneficio se suma a otros dos que también entrarán en vigencia: hospitalización por depresión en menores de 15 años y seguimiento post alta por cirrosis hepática. Con esta ampliación, el GES abarcará 90 problemas de salud, con cobertura para usuarios de Fonasa e isapres.
Atención gratuita con apoyo médico y psicológico
El tratamiento estará destinado a personas mayores de 25 años, edad en la que, según evidencia clínica, los intentos por dejar de fumar suelen tener mayor éxito. La prestación incluirá intervención médica y acompañamiento psicológico, con el fin de abordar tanto la dependencia física como la dimensión adictiva del tabaquismo.
“Se entregará principalmente en la red de Atención Primaria. Basta con que la persona lo solicite para iniciar el proceso”, explicó Aguilera.
En el sistema privado, cada isapre definirá sus prestadores preferentes, mientras que Fonasa lo aplicará en sus centros institucionales.
Inversión histórica y objetivo sanitario de alto impacto
La ministra destacó que se destinarán $100.000 millones anuales para mejorar las coberturas actuales y financiar estas tres nuevas garantías. “Esto cierra un círculo importante de políticas públicas contra el tabaco. Es una respuesta concreta a una demanda postergada”, indicó.
El tabaquismo es el principal factor de riesgo evitable en enfermedades crónicas y no transmisibles, responsables de la mayor carga de discapacidad y muerte en el país.
Dos de cada tres fumadores quieren dejar el hábito
Según datos del Minsal, cerca del 30% de la población chilena fuma, y dos tercios de quienes lo hacen han expresado su intención de abandonar el cigarro. La incorporación del tratamiento antitabaco al GES apunta precisamente a esa demanda, facilitando el acceso a quienes antes no contaban con apoyo profesional por barreras económicas.