El 20 por ciento de las víctimas israelitas en Gaza ha caído por errores de sus fuerzas armadas

Uno de cada cinco soldados hebreos muertos en Gaza ha sido víctima de “fuego amigo” o un accidente, revela informe publicado por Israel.

Por ANDRÉS ALBURQUERQUE F. / Fotos: AGENCIAS

Cerca del 20 por ciento de los soldados muertos en gaza se debe a accidentes o a ataques por armas “amigas”, reconoció el gobierno israelí.

Un informe de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) señala que muchos murieron en ataques aéreos o por metralla de sus propios explosivos. Otros perecieron arrollados por blindados israelíes o confundidos como enemigos y atacados por tanques, obuses y otras armas.

Lo admitido pone en tela de juicio el supuesto nivel de excelencia de las milicias de ese país. De hecho, es habitual que personeros gubernamentales se vanaglorien de tener las mejores fuerzas armadas del mundo. Sin embargo, los números no acompañan a las afirmaciones. Desde la invasión de Gaza, a finales de octubre, 36 de los 188 soldados muertos hasta el momento del informe cayeron por fuego interno. Según los expertos, es uno de los porcentajes más altos de la historia militar reciente.

También ha habido heridos -que no se incluyen en el informe- mientras Israel libra su guerra más compleja, con dos millones de palestinos y decenas de miles de soldados hacinados en el diminuto enclave costero de Gaza.

Los peritos militares afirman que hay varios factores que explican el elevado número de incidentes de este tipo. El primero, la dificultad de los combates urbanos en una zona muy densa como Gaza.

“Es imposible que se pueden tomar medidas para minimizar este tipo de bajas. E incluso con eso, habrá fallos, falta de comunicación y trágicos resultados como resultado”, opina el teniente general (r) Sean MacFarland.

MacFarland fue comandante de Estados Unidos durante la guerra de Irak y también dirigió las fuerzas de la coalición contra el ISIS. “Israel está luchando esencialmente entre la población civil a la que Israel y Egipto no han permitido salir de Gaza”, agrega.

Aunque Israel utiliza panfletos lanzados desde aviones para advertir a los civiles que abandonen la zona, los críticos afirman que eso no ha sido eficaz. Avner Gvaryahu, director de una organización de veteranos israelíes que se opone a la ocupación, dijo que “hay signos de una política de reglas de enfrentamiento muy laxas”.

Agrega que “cuando se trata de una zona libre de fuego, puede haber víctimas civiles. Y puede haber casos de fuego amigo. También, como hemos visto, hay casos en los que se dispare y se mate a rehenes”.

La mala calidad de los edificios de Gaza, sometida desde hace 16 años a un bloqueo israelí que dificulta la importación de materiales de construcción, también ha creado un tipo de lucha de 360 grados.

“Con las armas modernas es muy fácil disparar a través de paredes que atravesarán un edificio y llegarán más allá. Y en un entorno urbano como ése, se presta realmente a que se produzcan bajas amistosas”, afirma MacFarland.

Añade que “el combate urbano realmente elimina muchas de las ventajas tecnológicas que cualquier fuerza tiene sobre cualquier otra. Combatir en el interior de edificios es muy, muy difícil. En cierto modo, se trata de entrenamiento y no tanto de tecnología”.

Según Rafael Cohen, politólogo de Rand Corporation, no se trata sólo del entorno de la guerra urbana o de la falta de formación. También tiene que ver con la singular estructura de las FDI, que “es un ejército de reclutas. La mayoría de los soldados que luchan en Gaza tiene entre 20 y 25 años, y hay gente muy joven en los puestos más altos”.

“Si nos fijamos a quiénes está perdiendo Israel en Gaza, encontramos muchos oficiales subalternos: tenientes, capitanes, comandantes y suboficiales superiores. Y si se empiezan a perder altos mandos de las unidades tácticas, también aumenta el riesgo de incidentes de fuego amigo”, concluye Cohen.

Así, mientras los militantes de Hamás emergen desde alguno de los cientos de kilómetros de redes de túneles para atacar, los soldados israelíes, que están tensos y listos para apretar el gatillo, muchas veces atacan con una rapidez que supera largamente a la prudencia.