El “Aguja” va por la pelea más importante de su vida
Este viernes, en el Arena Monticello, el peleador nacional, campeón latinoamericano supermosca y segundo en el ranking mundial de la AMB, enfrentará al australiano Andrew Moloney, invicto en 18 combates. Quien resulte ganador en este confronte obtendrá el derecho a retar al campeón del mundo de la categoría, el británico de origen yemenita Khalid “Kal” Yaifa.
Desde que se supo la noticia, en diciembre del año pasado, Miguel González, apodado el “Aguja”, transita por el nerviosismo y la ansiedad. Este viernes, sin embargo, el campeón chileno y latinoamericano de la categoría supermosca, reconocido por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), pondrá fin a la espera cuando, en el ring del Casino Monticello, enfrente al australiano Andrew Moloney en un combate cuyo ganador obtendrá el derecho a pelear por el título del mundo de la categoría en los próximos meses.
El organismo comunicó a ambos peleadores que, en los hechos, esta será una pelea clasificatoria para ser reconocido como el retador obligado del monarca supermosca (52.163 kilos, o 115 libras), el británico Khalid “Kal” Yafai.
Yafai, nacido el 11 de junio de 1989, en Birmingham, representó a Inglaterra en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008. Luego, ya boxeador profesional, se consagró monarca mundial el 10 de diciembre de 2016, luego de vencer en fallo unánime al nicaragüense Luis Concepción, en el Arena de Manchester.
Hasta ahora Yafai, ha realizado cuatro defensas exitosas de su corona, y a la espera del resultado González-Moloney tiene programada su quinta defensa para el 1 de junio, frente al dominicano Norbelto Jiménez. El record del británico es de 25 peleas, todas ganadas, y de ellas 15 por la vía rápida.
Ni Miguel González ni Andres Moloney, sin embargo, se dejan amedrentar por los impresionantes números del británico de padres yemenitas. Como es natural, se respetan mutuamente, pero ambos confían en que, de salir airosos de este confronte, exhibirán armas suficientes como para aspirar a la corona del mundo.
González, confirmado este combate, se preparó en Nicaragua, un medio que, si bien no constituye una potencia pugilística como podrían serlo, por ejemplo, México, Cuba o Puerto Rico, es de cualquier modo superior al chileno y otorga más facilidades para encontrar los adecuados “sparrings”.
Campeón latinoamericano reconocido por la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), el “Aguja”, surgido del Club México de la capital, ostenta un record de 30 combates, 29 de ellos ganados y una sola derrota: la que cosechó el 21 de septiembre de 2013, en Londres, frente al inglés Paul Butler, en fallo unánime.
Miguel González es el número 2 del ranking mundial de los pesos supermoscas de la Asociación Mundial de Boxeo.
¿Quién es, por otra parte, Andrew Moloney? Con 28 años, y apodado “El Monstruo”, el australiano Moloney ostenta el título de campeón de Oceanía. Cuenta con un record invicto de 18 peleas, once ganadas antes del límite.
Es, además, el ranqueado número tres de la categoría reconocida por la Asociación Mundial.
Llegado al país con la suficiente anticipación, el oceánico ha venido entrenando a diario desde el 8 de marzo en el club Libra por Libra, ubicado en la comuna de Ñuñoa. Allí ha hecho guantes con José Sánchez y Andrés Campos, “sparrings” nacionales que, sin embargo, y como es lógico, desean la victoria del chileno en lo que sin duda es el combate más importante para el pugilismo nacional en décadas.
Sobre el australiano, palabras más, palabras menos, ambos han señalado lo mismo: “Moloney es un tipo de una tremenda fortaleza física, que va subiendo el nivel de golpes lanzados conforme avanza la pelea. Para Miguel, sin duda va a ser un compromiso difícil, pero confiamos en sus virtudes para poder salir triunfante de este combate”.
En sus carreras, González y Moloney tienen un solo rival en común.
Tony Tolj, manager del australiano, recordó que “ambos enfrentaron en su momento a Carlos Rubén Ruiz, pero mientras el chileno necesitó de los diez asaltos para lograr la victoria, a Andrew sólo le bastaron cuatro rounds para noquearlo”.
El “Aguja” peleó con el argentino el 23 de septiembre de 2016, mientras que Moloney lo hizo poco después, el 10 de diciembre de ese mismo año.
Lo que al aficionado ciertamente le interesa es si, más allá de los números, Miguel González tiene posibilidades de imponerse a Moloney y, de esa forma, transformarse en retador obligado en una de esas peleas que se denominan “mandatorias”.
¿Las tiene? Por cierto, pero todo indica que, para superar este escollo, el nacional tendrá que hacer una pelea impecable, sin errores de ningún tipo. Y es que, para la alta competencia internacional, el “Aguja” cuenta con una contra que suele resultar tan insoslayable como determinante: la carencia de pegada.
Dicho en forma clara: sin dinamita en los puños, a ese nivel hay que ser todo un maestro del encordado para llegar a lo más alto del pugilismo mundial. Y aunque es cierto que muchas veces la precisión de un golpe vale más que su potencia, para lograr esa precisión también se requiere de una técnica superlativa.
Al respecto, ejemplos en la historia del boxeo mundial sobran.
Quizás si el primero que llega al recuerdo de cualquier aficionado nacional a este respecto sea Miguel Canto, vencedor en dos oportunidades de Martín Vargas. Porque el mexicano, como González, carecía de pegada, pero era tan completo, tan inteligente y tan veloz, que terminaba apabullando y demoliendo a quien se le pusiera por delante.
Otros, entre muchos: Ray “Sugar” Leonard, Nicolino Locche y Muhammad Ali. Todos ellos maestros consumados del cuadrilátero que no necesitaron de una pegada letal para alcanzar la cúspide del boxeo mundial.
Ocurre que Miguel González, siendo técnicamente bastante bueno para los parámetros nacionales, está lejos de ser un maestro del encordado. Se las bate bastante bien con lo que tiene, pero ha dejado dudas frente a tipos que lo igualaban o superaban en técnica, siendo superiores en un aspecto para nada soslayable tratándose de boxeo: el físico.
Para decirlo pronto y claro: si el “Aguja” repite el combate que hizo frente al venezolano Michell Bánquez, el 29 de junio del año pasado, en el Arena Monticello, tendrá que muy poco que hacer frente a Andrew Moloney.
En aquella oportunidad, sólo su corajuda reacción de los asaltos finales le dieron a los jurados la justificación para otorgarle la victoria a través de las tarjetas.