El Arte desde el Pueblo: Camilo Ortiz
Con xilografía, bordado y un taller itinerante sobre ruedas, el artista visual lleva el grabado a las calles como herramienta de expresión y educación popular. El Ágora conversó con el joven talento de las artes gráficas.

Camilo Ortiz es un artista que se formó académicamente en la Universidad Mayor. Ha centrado su trabajo en el grabado, desarrollando una propuesta que combina creación gráfica y circulación territorial.
A través de la xilografía, ha retratado aspectos clave de la cultura popular chilena, como la gastronomía, imágenes del fútbol y las luchas sociales, obra que le valió el Premio Talento Joven en la categoría Grabado que entregó la Municipalidad de Santiago en 2016.
Su proyecto Prensa Móvil, un triciclo adaptado como taller gráfico, recorre espacios públicos con el objetivo de acercar el arte a la comunidad. En pandemia, amplió su lenguaje visual incorporando el bordado, con motivo de mantener el interés por narrar lo cotidiano desde nuevas materialidades.
Un trabajador de las artes
-¿Por qué estudiar arte? ¿Cómo te defines como artista?
“La verdad no lo recomiendo, hay que ser bastante valiente y saber que el campo laboral es precario, por ende, si vienes de una familia popular es muy complejo.
Soy un trabajador de las artes bastante activo, voy a todas y mi obra es fácil de digerir lo cual permite llegar a más capas que las que están establecidas en el mundo del arte, las cuales son súper elitistas y para un mundo académico el cual se aplaude entre sí. El enseñar en colegio también me permite ver cómo las nuevas generaciones se van a enfrentar a digerir arte y realmente hay pocas herramientas. Entonces primero hay que educar a una sociedad desde el pensamiento crítico, pero también desde lo más básico que es diferenciar entre distintas formas de expresión en el arte”.
El lenguaje desde el grabado
-Con respecto al grabado, ¿nos podrías contar acerca de las acciones con obra gráfica y Prensa Móvil?
“El grabado es mi primer amor, cuando ingresé a la escuela de artes no tenía idea de nada, sólo sabía que existían los lápices de colores a palito. Encontrarme con el grabado fue mágico y muy sorprendente. Hice grabado hasta que me ahogué y luego quise mezclar la técnica con tener mayor alcance en las personas, ya que pocos saben qué es. Ahí surgió Prensa móvil, proyecto el cual ya no está activo pero que va tener su regreso el 2026 y espero que en otro país”.

El fútbol desde la xilografía
-¿En qué consiste tu trabajo en xilografía que refiere al imaginario del fútbol? ¿Qué imágenes tomas como referentes?
“Técnicamente es muy bueno, ya que el fútbol y la xilografía son dinámicos y hacen buen match. Luego incorporar color lo vuelve algo pictórico y ahí se completa mucho al mejorar la obra en aspectos estéticos. Mis referentes son en la gran mayoría jugadas de fútbol de los 90, mis colegas, y ver muchas obras de paisaje me ayuda a comprender la pintura de una forma más profunda”.
La expresión visual desde distintas dimensiones
-¿Realizaste exposiciones? ¿Cuáles?
“He realizado varias exposiciones tanto nacionales como en el extranjero en mis 12 años de carrera profesional. Creo que no tengo ninguna favorita, pero una colectiva en la Posada del Corregidor fue significativa porque gané un premio de arte joven y creo que fue el puntapié para creer en el arte y el fútbol para que fueran de la mano”.
-¿Qué piensas acerca del Premio Talento Joven en categoría grabado que te entregó la Municipalidad de Santiago?
“Bueno esto responde un poco a la pregunta de arriba. Es muy motivador y también un mapeo de lo que se puede proyectar para proyección artística”.
-¿Qué otras técnicas has empleado para tu arte?
“Ahora estoy tomando clases de cerámica porque me gustaría explorar en lo instalativo y escultórico”.
-¿Por qué te denominas en redes sociales como “Taco Perdido”?
“‘Taco perdido’ es como se le nombra en Chile a la técnica de grabado en xilografía a color ‘matriz por desbaste’».
-¿Qué piensas acerca del estado actual del arte en Chile?
“Precarizado, poco organizado desde un colectivo ‘sindicalista’ y muy elitista. Hay artistas tan potentes y que sistemáticamente los precarizan. No es posible que seamos profesionales post 33 años y andemos haciendo rifas y bingos para solventar gastos que muchas veces el Estado debería cubrir. Entonces esa romanización del artista que hace obra desde lo precario no es algo ‘bonito’, más bien es una crítica a como Latinoamérica y Chile nos visualizamos”.