El Covid-19 tiene al fútbol caminando en arenas movedizas

Mientras pareciera alejarse la posibilidad de reanudar la actividad local este mes, por casos de contagio en clubes como Colo Colo, Curicó Unido y San Marcos, un médico del “staff” de la FIFA puso en duda que las clasificatorias hacia Qatar 2022 puedan partir para Sudamérica en octubre.

Por EL AGORA

Lo poco que se avanzó tras la reunión Pablo Milad-Reinaldo Rueda, para ir tirando líneas respecto del próximo papel de la Roja en las clasificatorias sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022, sufrió un balde de agua fría luego que Gerinaldo Martínez, integrante de la Comisión Médica de la FIFA, señalara que lo más sensato “sería dejar ese proceso para el próximo año”.

La idea de la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) era llevar a cabo en octubre las dos primeras fechas, luego que se descartara la idea primigenia de septiembre, pero el panorama producto de la pandemia por el Covid-19 es tan incierto, que cualquier planificación que se haga camina por arenas movedizas.

Baste decir que la idea de retomar con el fútbol nacional este mes de agosto pareciera que ya no va a poder ser. Primero, porque aunque el Ministerio de Salud, encabezado por el doctor Enrique Paris, sostiene que los números van afortunadamente a la baja respecto de nuevos contagios y de fallecimientos, las cifras no tranquilizan del todo a los especialistas. Segundo, porque el propio fútbol ha sufrido golpes devastadores con miras a un posible retorno. 

Mientras en Colo Colo y Deportes Curicó Unido se detectó al menos un caso de jugador infectado de Coronavirus, en San Marcos de Arica fueron tres los jugadores que, producto de una irresponsabilidad, resultaron contagiados y, por lo mismo, despedidos por la dirigencia nortina.

Así como hace algunos días fue el propio presidente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, quien resultó lapidario tras señalar que “el Coronavirus hasta el momento no tiene cura y posiblemente nunca la tendrá”, ahora es el doctor Martínez quien, para el caso específico del fútbol, puso paños fríos en un continente donde las intenciones claramente no van a parejas con la realidad. Mientras Brasil compite mano a mano con Estados Unidos como el país más golpeado del mundo por la pandemia, otros, como Argentina, Bolivia, Perú, Colombia y Ecuador, ni siquiera han llegado a la meseta que Chile cree haber alcanzado, al paso que Venezuela y Paraguay son una verdadera “caja negra”, con números que a todas luces no cuadran.

Elogiable es, claramente, el caso de Uruguay, todo un modelo de seriedad y profesionalidad en el tratamiento del Covid-19 y la mejor forma de combatirlo, pero el país oriental es claramente una isla en una Sudamérica donde abundan los gobiernos ineptos y chapuceros.

¿Qué ha dicho Gerinaldo Martínez en declaraciones al diario “La Cuarta”? Que “es muy prematuro el regreso del fútbol, sobre todo por el tema de los viajes. Y eso hace la diferencia con las selecciones. Hay muchos jugadores que están en Europa y hay que ver la opción que tengan de viajar, los protocolos en esos países y en sus aeropuertos”.

Tan así es lo que señala el doctor Martínez, que el modo más factible de llevar a cabo estas clasificatorias, que se vienen postergando desde marzo, sería disputándolas en Europa, donde, si bien el Coronavirus no ha desaparecido y, al contrario, se registran preocupantes rebrotes, la situación de todos modos es más controlable que en Sudamérica. 

La propia Conmebol no ha descartado para nada esta solución, a sabiendas de que el proceso clasificatorio de todos contra todos es largo y el tiempo para realizarlas resulta cada vez más acotado.

La incertidumbre total que impera en el país producto de esta pandemia ha puesto no sólo en duda la conveniencia de reanudar el fútbol nacional, sino que hizo difusas las pocas líneas que alcanzaron a tirar Milad y Rueda en una primera conversación para ir definiendo aunque fuera en parte el panorama de la Roja.

Ambos, por ejemplo, se habían mostrado de acuerdo en la posibilidad de que la Selección Chilena sostuviera algunos encuentros amistosos previos al comienzo de las clasificatorias, aclarando el nuevo presidente del fútbol profesional chileno que “los partidos tendrán que ser fuera de Chile, eso ya es un hecho. Las exigencias sanitarias de los equipos que vienen de otros países son totalmente diferentes aquí y en Europa o en otro continente, como Africa”.

Agregó Pablo Milad que “habrá que planificar partidos no sólo en un país, sino en varios países donde nos permitan entrar y poder jugar como sudamericanos. No podemos perder de vista que, para el mundo, el “peak” de la pandemia está hoy en nuestro continente. Estamos viendo cuál será el protocolo que no nos implique estar en cuarentena y después jugar”.

Sin embargo, ¿podrán ser factibles esos amistosos ante la posibilidad de probables nuevas fechas? La idea de dos Selecciones con jugadores del medio local, exclusivamente, bien vista tanto por Milad como por Rueda, ¿puede ser posible cuando las fechas del calendario se agotan?

Nada, pues, puede darse por hecho o por seguro a estas alturas de una pandemia que ha significado más de 700 mil muertes a través de todo el mundo. El propio Consejo de la Conmebol le había solicitado a la FIFA incluir una “ventana” internacional  en enero de 2022, con la idea de culminar el proceso clasificatorio para Qatar en marzo de ese mismo año. Pero aunque la FIFA en una primera instancia acogió la solicitud, para tramitarla en la próxima reunión del Bureau del Consejo del organismo, nada asegura que la petición sea acogida o que, aun siendo acogida, las fechas del fútbol mundial den para llevarla a cabo.

El número cada vez más creciente de competiciones tanto en América como en el Viejo Continente, para hacer crecer cada vez más el gigantesco negocio que maneja la FIFA, hace que incluso en tiempos normales los calendarios alcancen justo. Fácil es presumir, entonces, que como tantas empresas la FIFA deba hacer la pérdida luego de meses en que el fútbol ha debido funcionar a menos que media máquina. O estar derechamente en receso.