Embajador chino cuestiona trabas a observatorio en el norte
Niu Qingbao criticó el freno al proyecto astronómico entre China y la UCN, defendió su carácter científico y pidió no interpretar la iniciativa con mirada geopolítica. También valoró el compromiso chileno tras el ataque a la central Rucalhue.

El embajador de China en Chile, Niu Qingbao, expresó su desacuerdo con la interpretación jurídica que mantiene paralizado el proyecto para instalar un observatorio astronómico en el cerro Ventarrones, en la Región de Antofagasta, impulsado por la Universidad Católica del Norte (UCN) y la Academia China de Ciencias.
A juicio del diplomático, no corresponde que ese tipo de convenios de cooperación deban ser visados por el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Según explicó en una conferencia, el convenio fue suscrito bajo el amparo de un memorándum de entendimiento firmado en 2016 entre ambas entidades, en presencia de los presidentes de Chile y China. Además, recalcó que el Ministerio de Obras Públicas incluso habilitó caminos hacia el sitio del proyecto en 2023, lo que confirma el respaldo del Estado a la iniciativa.
Qingbao criticó que se ponga en duda la legalidad del acuerdo y pidió claridad: “Me gustaría saber también qué ley chilena y qué artículo establece que las universidades privadas no pueden suscribir convenios de cooperación internacional en materia de observación astronómica”.
De acuerdo a la legislación chilena este tipo de convenios sólo son factibles si son entre Estados o mediante la Universidad de Chile, única institución autorizada por ley para suscribir convenios internacionales en astronomía.
Estados Unidos, desconfianza y defensa del carácter científico
El diplomático cuestionó la postura de Estados Unidos, país que habría transmitido al gobierno chileno su preocupación por el potencial uso estratégico del observatorio, afirmando que podría monitorear satélites y generar implicancias en materia de defensa.
A esa inquietud, el embajador respondió con firmeza: “No albergamos interés alguno en geopolítica ni deseamos que los proyectos de inversión china en Chile sean examinados con el lente distorsionado de la geopolítica”.
Qingbao sostuvo que el proyecto TOM -siglas del Telescopio de Monitoreo- tiene un propósito exclusivamente científico, destinado a estudiar fenómenos como estallidos de rayos gamma, y que su funcionamiento es abierto y transparente, con posibilidad de colaboración internacional.
Comparó su propósito con el del LSST, telescopio estadounidense del Observatorio Rubin, y afirmó: “Tiene la misma naturaleza científica que otros proyectos internacionales”.
Confianza empresarial tras ataque a central Rucalhue
En paralelo, el embajador abordó el reciente atentado incendiario contra la central hidroeléctrica Rucalhue, de capitales chinos, ocurrida en la Región del Biobío. Informó que las pérdidas ascienden a 5 millones de dólares, y que el hecho afectó gravemente la percepción de seguridad entre los inversionistas de su país.
Sin embargo, valoró la reacción del gobierno chileno: “Las autoridades se comprometieron a mantener vigilancia policial permanente en el sitio del proyecto y a compensar legalmente los daños. Esa compensación enviará una señal muy positiva a los inversionistas extranjeros”.
A su juicio, esa respuesta puede ayudar a recuperar la confianza: “Estoy convencido de que Chile posee la determinación y la capacidad necesaria para garantizar la seguridad de las inversiones extranjeras, incluidas las empresas chinas”.
Empresas chinas, mercado y transparencia
Frente a los cuestionamientos sobre la creciente presencia china en sectores estratégicos de infraestructura y energía en Chile, Qingbao recalcó que todas las compañías de su país operan bajo reglas de mercado y transparencia.
“Casi todas son empresas que cotizan en bolsa, muchas con participación extranjera, y sus estándares son los mismos que los de compañías estadounidenses o europeas”, señaló.
Finalmente, lamentó las presiones externas que buscan frenar la cooperación entre China y Chile: “Algunos países insisten en tratar a Latinoamérica como su patio trasero, despreciando la soberanía chilena y su derecho a elegir sus socios”.