Fallece el patriarca de la «Dinastía Huerta»

Hace horas, en su querido Ovalle y a los 84 años, murió Gustavo Huerta Villar, ex jugador profesional, padre de una trilogía de futbolistas y abuelo de un reconocido periodista deportivo. 

Por El Ágora

Era inevitable, casi, que don Gustavo, un puntero zurdo, inquieto y encarador, formase una familia marcada por el deporte. Él conoció por dentro la actividad futbolística, dada su travesía por clubes de Santiago y de la IV Región, como el Ovalle Ferroviarios (antecedente directo del actual Deportes Ovalle), donde comenzó su consolidación.

Dirigentes del desaparecido Ferrobádminton pusieron sus ojos en ese «11» con desbordes, pero también con finiquito. La capital lo acogió por unas temporadas (en Ferro, por ejemplo, fue compañero del legendario arquero Raúl Coloma), para luego regresar al Norte Chico: ayudó a Ovalle Ferroviarios a instalarse en la Primera B de nuestro fútbol (la antigua Segunda División), y también militó en Coquimbo Unido por pocos meses.

En paralelo, junto a su esposa, Elba Araya Santander, consolidaba otra «carrera»: la de padre de familia. Y, como era de esperarse, tres de sus cuatro hijos siguieron la ruta del patriarca: futbolistas profesionales.

Gustavo, el mayor, y Fernando, el segundo, se formaron en las inferiores de la Universidad de Chile y desde allí se proyectaron en diferentes equipos del país. Carlos, el menor, también aportó lo suyo y terminó jugando en Cobresal, Iberia y, cómo no, Deportes Ovalle. 
En el cuadro del Limarí, y dado que don Gustavo la seguía «rompiendo» (fue tercer goleador de la B en 1963), Santiago Morning adquirió su ficha. Su retiro lo sorprendió, un año más tarde, precisamente en el «Chaguito».

Tras colgar los botines, volvió a su tierra natal y observó la trayectoria de su primogénito, quien no sólo llegó a disputar una brillante Copa Libertadores en 1986, con Manuel Rodríguez Araneda en la banca, defendiendo a Cobresal, sino que terminó siendo técnico del equipo minero, cargo que mantiene hasta hoy.

También evaluaba la carrera de Fernando, jugador de Ovalle, Coquimbo Unido, Santiago Morning, Ñublense y Puerto Montt.

No sólo eso: ya emergía una tercera generación de la familia que también optaba por el deporte como su centro de actividad laboral, aunque desde una trinchera distinta: su nieto Gustavo Huerta Ardiles asomaba como un sólido comentarista en Televisión Nacional.
Así, entre las satisfacciones que le brindaban sus hijos, el trabajo demandante de su botillería en el sector Alameda -centro de reunión obligado de amigos y conocidos- y el cariño de los ovallinos (tenía un vínculo muy cercano con la barra oficial del club), don Gustavo vio transcurrir los últimos años de su vida.

Los restos de este auténtico patriarca ya descansan en el cementerio Municipal de Ovalle, luego de ser despedidos por gran parte de la comunidad. Más al norte, el club de deportes Cobresal también se sumó a los homenajes por don Gustavo, con un sincero mensaje en su cuenta oficial: «Queremos entregar todo el apoyo a una familia identificada con nuestro club, enviándoles nuestras condolencias a ellos y sus cercanos en este difícil momento”.