Hospital San Borja: Contraloría revela deficiencias graves

Filtraciones, riesgo de incendios y fallas eléctricas marcaron el informe que generó duras críticas de parlamentarios y médicos.

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Por Cristián Carrión
Actualizado el 28 de abril de 2025 - 6:17 pm

Médicos habían denunciado los problemas de insalubridad del hospital / Foto: ARCHIVO

Una auditoría de la Contraloría General de la República puso en jaque al Hospital Clínico San Borja Arriarán, al confirmar una serie de fallas estructurales, eléctricas y sanitarias entre agosto de 2020 y septiembre de 2024.

El informe respalda las reiteradas denuncias hechas por médicos de la Unidad de Tratamiento Intensivo (UTI) y del senador Juan Luis Castro, miembro de la Comisión de Salud del Senado.

El documento reveló filtraciones de aguas servidas, sistemas eléctricos sin certificación válida, presencia de roedores, riesgo permanente de incendios y un deficiente mantenimiento general. Todo ello en un centro de alta complejidad que debería garantizar condiciones óptimas para pacientes críticos.

Médicos y parlamentarios exigen medidas inmediatas

El senador Juan Luis Castro calificó el informe como «contundente» y exigió acciones inmediatas: “La Contraloría ratifica todo lo denunciado. Existía insalubridad, riesgo eléctrico, y la autoridad negó de forma sistemática estos problemas. Ahora exigimos sumarios sanitarios y reparaciones urgentes”.

Desde el interior del hospital, la doctora Francisca Ríos, jefa del Servicio de Medicina Crítica, también cuestionó la gestión. Según expuso, desde 2020 se les había asegurado que las instalaciones eléctricas eran seguras, afirmación desmentida por la reciente fiscalización. «Se ha expuesto a pacientes y funcionarios a riesgos inaceptables», denunció.

La Contraloría ordenó regularizar el sistema eléctrico ante la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC) en un plazo de 60 días hábiles y mejorar los protocolos de mantención.

Director responde, pero críticas no cesan

El director del hospital, Jorge Wilhelm del Villar, intentó calmar la situación señalando que se han reforzado los protocolos de mantenimiento. Sin embargo, sus declaraciones fueron duramente cuestionadas por los denunciantes.

El senador Castro fue categórico: «No es borrón y cuenta nueva. Se engañó a la fe pública, se intentó desacreditar a médicos que advertían la verdad». Además, criticó que el director siga en funciones tras las graves irregularidades confirmadas.

La doctora Ríos también fue enfática: «Las filtraciones y fallas eléctricas persisten. El último incidente ocurrió en abril en la UTI, y no hubo reacción efectiva de la dirección».