Josef Bican: la leyenda olvidada (parte I)

Esta es la asombrosa historia del jugador que marcó más goles en la historia del fútbol: un joven austríaco que defendió a la selección y la de otros dos países y al que las guerras mundiales y los avatares políticos lo castigaron sin piedad.
Por PATRICIO VARGAS QUEVEDO
Hasta la semana pasada, cuando Cristiano Ronaldo igualó su récord, pocos tenían a Josef Bican en sus registros. Pues bien, este jugador es, hasta hoy, el máximo goleador de la historia del fútbol. Nacido en 1913 en una Europa que se preparaba para la gran guerra, ‘Pepi’ Bican destacó, como muchos otros de sus contemporáneos, por ser uno de los grandes jugadores que dio el antiguo Imperio Austro Húngaro.

Josef Bican nació en Austria durante los últimos estertores del Imperio Austro húngaro, disuelto luego de la Gran Guerra. El desmembramiento del imperio permitió el nacimiento de estados como Checoslovaquia, Austria, Hungría y Yugoslavia.
El gen futbolista lo heredó de su padre, un ex jugador del Hertha de Viena que murió a consecuencia de un golpe en un riñón recibido en la cancha. La necesidad lo llevó a jugar por equipos de empresas en donde recibía dinero a cambio de su talento, velocidad, capacidad goleadora y destreza con ambas piernas.
En ese escenario Bican se desarrolló destacando en el Rapid (debutó a los 18 años marcando tres goles), en el Slovan-Hütteldorfer, en el Hertha y luego en el Admira, todos clubes de su natal Viena. Cuenta la leyenda que mientras jugaba un partido por el Hertha, su madre corrió a un rival golpeándolo con un paraguas. No le perdonó una falta contra su hijo.
Su primer año marcaría lo que hasta hoy configura su estampa de hombre récord: hizo diez goles en ocho partidos. En su paso por el Rapid, anotó 68 en 61 partidos.
El desastre que significó para Alemania la derrota en la Primera Guerra Mundial facilitó en enero de 1933 la llegada al poder de Adolf Hitler. Al año siguiente, Bican jugó la Copa del Mundo de Italia, en plena era de Mussolini, que se esmeró en sacar campeón al equipo local. En ese mundial, Bican llegó a las semifinales con el Wunderteam austríaco, el recordado equipo que tenía al propio Bican y a Matthias Sindelar como figuras principales. Se toparon con Italia en la semifinal y fueron eliminados en un partido amañado, arbitrado por el sueco Ivan Eklind, quien también les arbitraría la final a los italianos. Ese Wunderteam fue el antecedente del fútbol total de la segunda parte del siglo XX.

Dentro de su idea de “espacio vital (Lebensraum)”, el 13 de marzo de 1938 y luego de un plebiscito lleno de irregularidades, Hitler anexó Austria al Tercer Reich. El Führer, quien ya gobernaba Alemania, ahora conseguía administrar su país natal. El Anschluss, la anexión de Austria, sorprendió a Bican recién llegado a Checoslovaquia (la tierra de sus antepasados), donde se instaló en Praga, logrando constituirse en un símbolo del Slavia. Ganó seis ligas, fue cinco veces goleador e hizo 534 goles en 274 partidos. Además, ganó una de las copas que sirven de antecedente para la Champions League: el Torneo Mitropa, que reunía a los mejores equipos de Europa del Este. Junto a la Copa Latina (que incluía a equipos de Francia, Portugal, Italia y España), dieron vida a lo que el diario L’Equipe y la UEFA llamarían la Copa de Clubes Campeones Europeos.
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