La nueva tendencia de cambiar el cemento por árboles empieza a expandirse

Reemplazar la mayor cantidad de concreto, asfalto u otras formas de construcción urbana, sustituyendo con plantas y tierra, comienza a tomar fuerza en distintos lugares del mundo.

Por CRISTIÁN CARRIÓN N. / Foto: ARCHIVO

La tendencia global de despavimentar áreas urbanas ha cobrado fuerza, no sólo como una forma de mitigar los efectos del cambio climático, sino también para mejorar la calidad de vida en las ciudades al reintegrar la naturaleza en el entorno urbano.

Organizaciones sin fines de lucro en ciudades como Portland, Ontario y Lovaina están liderando iniciativas para remover superficies de concreto y asfalto en favor de áreas verdes y espacios baldíos.

Estas acciones no sólo tienen un impacto positivo en la absorción del agua de lluvia, reduciendo el riesgo de inundaciones, sino que también promueven la biodiversidad, la salud mental de los habitantes y la mitigación de las olas de calor urbanas, que han sido una constante en este lado del continente.

Aunque el esfuerzo inicial ha sido principalmente comunitario y voluntario, la necesidad de una adopción más amplia por parte de las autoridades urbanas se vuelve evidente frente a los desafíos del cambio climático y la urbanización.

Ciudades como Londres y Lovaina están liderando el camino al integrar la despavimentación como parte integral de sus estrategias de planificación urbana, reconociendo la necesidad de una inversión y planificación a gran escala para garantizar el éxito de estos proyectos.

Un dato importante es que desde 2008 se ha logrado despavimentar cerca de 33.000 metros cuadrados de asfalto en Portland (lo que equivale a cuatro canchas y media de fútbol).

En nuestro país, hay gobiernos comunales que han tomado la bandera de lucha, en favor del medio ambiente y de autodenominarse municipios verdes, es la implementación como política comunal, en algunos casos, de ocupar los espacios que sirven como verdaderos microbasurales o sencillamente lugares que están abandonados, y que se prestan como focos de delitos o plagas, a plantaciones de árboles y mejoramiento a través de limpiezas y mantención de áreas verdes.