París se quedó sin chilenos: eliminados Nicolás Jarry y Alejandro Tabilo en Roland Garros
Nuestro número uno perdió con el francés Corentin Moutet (79°), por 6-2, 6-1, 3-6 y 6-0, mientras que el número dos cayó ante el belga Zizou Bergs (104°) salido de las clasificaciones, por 3-6, 7-6(5), 6-2 y 6-2.
Por SERGIO RIED / Fotos: AGENCIAS
Una verdadera pesadilla vivió el tenis chileno en este Roland Garros 2024, porque cuando se pensaba que Nicolás Jarry y Alejandro Tabilo iban a tener un rol preponderante en la arcilla del Bois de Boulogne, ambos perdieron en primera ronda.
Cuando aún no digeríamos la derrota de Tabilo, nos cae el balde de agua fría, que fue la ignominiosa caída de Nico Jarry (16°) ante el francés Corentin Moutet (79°), que deja a nuestro tenis sin representantes en el emblemático Grand Slam francés.
LO QUE MAL COMIENZA…
Desde la primera pelota se vio que ésta no iba a ser una tarde grata para Nicolás Jarry. Porque fuera del juego incómodo y plagado de golpes extraños y actitudes agresivas del galo, el chileno debía soportar a un público hostil y con sed de venganza por lo sufrido por el mismo Moutet, cuando derrotó al mismo Jarry en el ATP de Santiago.
Un público con un comportamiento jamás visto en mis 23 asistencias a ese magno torneo, que no sólo apoyaba ruidosamente al local, sino también agredía verbalmente y molestaba a la visita.
Pero éste es sólo un detalle para justificar la pésima actuación de nuestra mejor raqueta, que se cansó de cometer errores no forzados, de no acertar con su saque y de regalar puntos en la red. Súmenle a esto, una desconcentración y una incapacidad de reacción de nuestro número uno y tendremos un total desastre.
LAPIDARIO FINAL
Si bien el score de 6-2, 6-1, 3-6 y 6-0 ahorra cualquier comentario, hay que decir que ni en los peores momentos de su oscilante carrera, habíamos visto a un Jarry tan bajo. Sin saque, sin derecha y sobre todo sin ideas ni capacidad de reacción. Un «Nico» que se sumó al show rocambolesco que montó su rival con la complicidad de sus bulliciosos adeptos. Un Jarry que sólo tuvo un atisbo de reacción en el tercer set, que nos hizo soñar con una épica remontada y que terminó de la peor manera posible: con 6-0 en contra.
Sería largo e inoficioso detallar cada uno de los ocho quiebres que sufrió el chileno, ni hacer una lista con sus derechas largas o a la red, porque sólo basta con repasar el score final para tener una idea exacta de su actuación.
En un torneo que se auguraba iba a ser de gran éxito para nuestro tenis, nos deja sin representantes el primer día de competencia
Y además con un sabor amargo.
LA GRAN FARRA DE TABILO
Este Roland Garros comenzó auspiciosamente para nuestra segunda raqueta, ya que Alejandro Tabilo (24°) de entrada quebró el saque del belga Zizou Bergs (104°), para luego, manteniendo el suyo, con su habitual precisión y efecto de zurdo, tomó una ventaja decisiva de 4-1 y cerró la etapa con su saque por 6-3.
Sin embargo, hay que decir que resulta increíble que un jugador que va arriba 5-2 con su saque, luego 5-4 y
6-5, y teniendo 7 puntos de set a su favor, tenga que ir a definir la etapa en un tiebreak. Y esa no es toda la ventaja que perdió el nacido en Canadá, porque faltaba de guinda de esta amarga torta, ya que en el tiebreak se puso 5-2 arriba y lo perdió 7-5.
Imposible de digerir tamaño descalabro, pensando en tantas ocasiones fallidas. Pero cuando se pierde la confianza, desaparece la efectividad del saque, que es su mejor arma, y su dócil rival se transforma en un monstruo que ataca cada pelota, todo es posible. Y esto fue lo que le sucedió al chileno, que con el público en contra y ante un rival crecido, sucumbió penosamente, para dejar el partido igualado a un set, con ese 7-6 en contra.
Todo siguió cuesta abajo para «Jano» en el tercer set, perdiendo su saque en dos ocasiones y fallando reiteradamente con su derecha. Desorientado, sin esa fuerza mental que tanto hemos alabado y sin su aliado incondicional que es su servicio, le hizo las cosas fáciles al nacido en Blumnels, que, al recibir pelotas cortas, a media cancha, sólo tuvo que atacar con su derecha y liquidar los puntos en la red, para estructurar un cómodo 6-2 a su favor.
PERDIDO EN PARÍS
Si hubiera que graficar la actuación de Tabilo en el cuarto set, habría que decir que estaba bajo los efectos de una maldición. Una, que le decía que no metiera más su primer servicio, que pegara corto para que lo atacaran con derechas profundas, que fallara en sus amados drop shots y que demostrara su impotencia, con un lenguaje corporal de perdedor.
Así terminó la breve visita a la catedral del tenis sobre arcilla de nuestras principales figuras, a la espera de que vengan tiempos mejores y vuelvan a ser los de antes. Algo que no ponemos en duda sucederá.