Pedro Pascal recuerda sus duros inicios en EEUU
El actor nacido en Santiago en 1975 recuerda sus tiempos viviendo en un barrio de Brooklyn y cómo se alimentaba gracias a la generosidad de una amiga. “Era muy pobre y no podía encontrar trabajo, así que trabajaba de camarero”, rememora.

La lista de proyectos pendientes de estreno de Pedro Pascal no tiene límites. Tras haber estrenado “The Last of Us 2”, adentrarse en el universo Marvel con “Los 4 fantásticos”, ofrece su lado más romántico en “Materialistas”. Y Pascal estrenará a la vuelta del verano “Eddington”, un western con Joaquin Phoenix.
Para 2026 tiene en carpeta el regreso con “The Mandalorian” y “Avengers: Doomsday”. Es actualmente la gran estrella de Hollywood, y no solamente a nivel profesional. Gusta a todo el mundo, se lo rifan en las alfombras rojas, marca tendencia con sus looks y no vacila al explicar que padece ansiedad.
Pero no siempre fue así. En sus inicios, Pascal pasó hambre, y no se avergüenza al decirlo.
Mal camarero, buen actor
Antes de la fama, pasó mucho tiempo en un local llamado Helen’s Fabulous Cheesecake, de una mujer griega. “Ella hacía la mejor tarta de queso que hayas probado en tu vida. Era una chef increíble. Hacía unos bollos que yo comía todas las mañanas, rellenos de arándanos grandes y deliciosos”, recuerda.
“Hubo un breve período en el que iba todas las mañanas y nos hicimos muy buenos amigos. Ella me cuidaba porque yo era muy pobre. Ella nos daba de comer a mí y a mi perro: le hacía pollo con arroz”, recordó Pascal.
Poco después, como no encontraba trabajo como actor, se dedicó a ser camarero. “Pero no era un buen camarero. Por muchas razones. Si me caías bien, me caías bien; si no, no. Y eso no siempre cuadraba con tener un montón de clientes. Me despidieron a menudo, más de 10 veces”.
José Pedro Balmaceda Pascal es hijo de una psicóloga infantil y un obstetra. Ambos se enfrentaron a la dictadura de Pinochet y tuvieron que abandonar el país con Pedro y su hermana.
La bendición del vampiro
Primero se trasladaron a Dinamarca, donde su padre lo llevaba muy a menudo al cine y descubrió su pasión. Como que se fracturó dos veces un brazo mientras intentaba imitar a “Indiana Jones”. En quinto de primaria, se trasladaron a California, donde sufrió acoso escolar.
Pero todo cambió cuando se pudo dedicar a la interpretación. Se matriculó en la Escuela de Artes del Condado de Orange y luego en la Tisch School of the Arts de la Universidad de Nueva York.
Se pasaría 15 años buscando trabajos importantes, pero sólo conseguía papelitos menores. Y todos en series: “The Good Wife”, “Homeland”, “La Ley y el Orden”, “Enfermera Jackie” y “Buffy, la Cazavampiros”.
“Estamos hablando de una época de muchos gastos y pocos ingresos: médico, cirugía, pagar alquiler… Tenía menos de siete dólares en mi cuenta, y un cheque de ‘Buffy, la Cazavampiros’, me salvó. Es, literalmente, la razón por la que sigo en Hollywood”, concluyó.