Presidente Boric y los Juegos Olímpicos Santiago 2036: un proyecto de Estado

Santiago es la cuarta ciudad de América Latina en postular a un evento deportivo de magnitud multideportiva y global, luego de Ciudad de México en los ’60 (organizó los JJOO en 1968) y en el 2023 (pero renunció en esa ocasión), como también Buenos Aires en los ’90, aunque la capital argentina no consiguió la sede, y Río de Janeiro, que sí los hizo en 2016.

Por PEDRO LIRA BIANCHI / Foto (referencial): ARCHIVO

Para quienes están medianamente informados del acontecer deportivo nacional no fue del todo sorprendente el anuncio del Presidente Gabriel Boric Font, en su Cuenta Pública del 2024, de que el Gobierno había decidido solicitar al Comité Olímpico de Chile (COCH) para que postule esta semana ante el Comité Olímpico Internacional (COI), con el propósito de que Santiago compita con otras cinco importantes ciudades del mundo para ser la sede de los XXXVI Juegos Olímpicos de 2036.

Recorramos esta historia.

PRIMERO: VISIÓN INTEGRADORA

La Cuenta Pública indicada tomó 2 horas y 45 minutos. La exposición estuvo dividida en 6 grandes temas o propósitos. Uno de ellos, el número 4, fue dedicado a la educación, la cultura y el deporte, una tríada integradora que no siempre ha estado presente como un todo en la historia de los discursos presidenciales.

Más aún. El deporte o la corporalidad en movimiento no sólo estuvo presente en el capítulo 4 de la Cuenta del 2024, sino que al menos en otras nueve ocasiones el mandatario nombró a la educación física, la actividad física y el deporte como materias insertas en un trabajo intersectorial público y privado, aún débil, pero en desarrollo.

Por ejemplo, en torno a la seguridad y los espacios públicos, Gabriel Boric rescató estos para la gente y su recreación; en la integración social y la confianza ciudadana, estampó la importancia del trabajo en equipo; con el royalty minero, uno de sus usos en las comunas beneficiadas será para financiar actividades deportivas, y en la vida escolar, se trabajará un aumento de tiempo para promover la actividad física, aparte de las clases de educación física.

Este discurso presidencial fue alentador para quienes históricamente echan de menos un tratamiento integral de la corporalidad humana. Como contexto, no podemos dejar de lado que Chile muestra cifras escalofriantemente altas de sedentarismo y obesidad: 75% en el primer caso y 40% en el segundo, según cifras del Ministerio de Salud.

No obstante, es probable que los eventos deportivos y, específicamente, los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 (foto principal), hayan gatillado al Presidente de la República y a las autoridades del deporte a lograr una visión amplia y profunda del deporte, tomando en cuenta no sólo el aspecto competitivo de éste, sino también lo que el movimiento del cuerpo humano implica para el desarrollo integral de las personas.

SEGUNDO: INVITACIÓN DESAFIANTE

Tomás Bach, ex esgrimista olímpico de nacionalidad alemana, es el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) hace más de una década. Él deja su cargo post Paris 2024. Cuando el dirigente germano estuvo en Santiago para presenciar la inauguración de los Juegos Panamericanos Santiago 2023, expresó su satisfacción por la calidad del evento, su infraestructura y una positiva organización. Sobre esa base, Bach le planteó un desafío a Chile y sus autoridades al dejar Santiago el 23 de octubre. Dijo: “Una vez terminados estos Juegos exitosamente, deben comenzar a colocarse metas; entre ellas podrían estar los Juegos Olímpicos u otros eventos de este carácter”. El dirigente internacional no aclaró si se refería a los Juegos Olímpicos de verano, que son para todo competidor, o a la versión Juegos Olímpicos de la Juventud.

Ante ese desafío planteado en el 2023, el presidente del COCH, Miguel Ángel Mujica, expresó que las palabras de Thomas Bach “llenan de esperanza y son una motivación para continuar trabajando en proyectos de envergadura”.

Hoy, en 2024, ante la propuesta del Presidente Boric de postular a los Olímpicos del 2036 y estando invitado el presidente del COCH a la Cuenta Pública en el Congreso de Valparaíso, Mujica fue más cauto, indicando que el COCH enviaría el lunes 10 la postulación al COI. Así, Santiago es la cuarta ciudad de América Latina en postular a un evento deportivo de magnitud multideportiva y global, luego de Ciudad de México en los ’60 (organizó los JJOO en 1968) y en el 2023 (pero renunció en esta ocasión), como también Buenos Aires en los ’90, aunque la capital argentina no consiguió la sede, y Río de Janeiro, que sí los hizo en 2016.

En paralelo y también invitado a la Cuenta Pública en el Congreso de Valparaíso, sin duda que uno de los más contentos con el anuncio presidencial de Santiago 2036 fue Harold Mayne-Nicholls, director ejecutivo de los Juegos Santiago 2023, quien a minutos que Thomas Bach invitara a Chile a ponerse metas mayores, dijo que esa meta más grande eran los Juegos Olímpicos.

TERCERO: COSTOS DEL DESAFÍO

Muchas opiniones indican que postular a los Juegos Olímpicos es un camino muy cuesta arriba. ¿Razones? Son múltiples: costos financieros altos para un país como Chile; no ser una sociedad con suficiente cultura física; postular tardíamente en relación a grandes urbes como Estambul, Catar o Varsovia, que llevan más de un año en esta carrera; no saber trabajar como Estado en forma continua y cambiar de autoridades con cada elección, lo que en el caso de Santiago 2023 implicó tres gobiernos y, por ende, tres directores de los distintas de los Panamericanos 2023.

En el caso de los Juegos Santiago 2036, para los que faltan 12 años, serían cuatro gobiernos y pensar en cuatro directores sería un despropósito difícil de entender y aceptar por el COI.

Si los Juegos Panamericanos y Parapanamericanos Santiago 2023, con la participación de 41 países, costaron al Estado de Chile cerca de 700 millones de dólares en construir y arreglar infraestructura, como en organizar los eventos, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos del 2036, con cerca de 200 países y 12.000 deportistas, costarían en nuestro país, al menos 10.000 millones de dólares.

El economista español Ferrán Brunet, en el estudio “Las clases de éxito”, publicado por la Universidad Autónoma de Barcelona, afirma que los Juegos Olímpicos de la capital catalana en 1992, financiados con un positivo modelo mixto 66% de plata estatal y 33% de recursos privados, costaron cerca de 15.000 millones de dólares en moneda de 2023.

A su vez, los expertos internacionales Robert Baade y Victor Matheson, en la publicación “Buscando  hacia el oro: la economía de los Juegos Olímpicos”,  indican que sumando los costos estimativos de infraestructura, organización y otros gastos indirectos, Atlanta ´96 implicó 4.500 millones de dólares, Sidney 2000, 8.000 millones, Atenas 2004 subió a 18.000 millones, Beijing 2008 a 53.000 millones, Londres 2012 bajó a 13.000, Río 2026 se mantuvo en 13.000 millones y Tokio 2021 subió a 35.000 millones.

Desde el Chile actual, Miguel Ángel Mujica precisa que el COI está consciente de los altos costos de llevar a efecto este tipo de eventos y por esta razón se han cambiado las exigencias (JJOO más austeros) y se ha abierto la posibilidad que las mismas empresas espónsor del COI sean las que financien parte importante de la organización del evento, dejando a la ciudad sede los costos de infraestructura.

De hecho, la página web de Paris 2024 precisa que el 96% del presupuesto para organizar los eventos de este año procede del sector privado, llámese el mismo COI, empresas asociadas, la venta de entradas de los Juegos y la concesión de licencias.

CUARTO: JUEGO DE EQUILIBRIOS ESTRATÉGICOS

Como parte de lo mismo, previo a la postulación de la capital de Chile, ya han presentado su candidatura para el 2036 varios países de Europa y Asia.  Está en caso de Estambul (Turquía), que fue derrotada por Tokio para el evento del 2020; Nusantar (Indonesia), una ciudad aún inexistente, que se levantará para albergar los Juegos y ser la capital administrativa de ese país en vez de Yakarta; Varsovia, la capital de Polonia; Bombay (India), que en opinión del primer ministro Arenda Modi, los 1.400 millones de indios sueñan con el evento; y Doha, la capital de Catar, la que ya albergó el último Campeonato Mundial de Fútbol en 2022.

En este contexto, Santiago aparece como la última ciudad en presentar su postulación; sin embargo, está dentro de los plazos. En el COCH aún no están muy convencidos de la postulación, pero uno de sus altos ejecutivos reconoce que ésta es una “tremenda oportunidad, que se ve lejana, pero está ahí, más cerca de lo que uno se imagina”.

La decisión, en todo caso, la tomará el COI no antes de 2027, por tanto, aunque hay menos tiempo que las urbes ya en carrera, hay suficientes meses para levantar un proyecto coherente y atractivo.

En estas decisiones habitualmente hay un juego de equilibrios estratégico-políticos. Los JJOO del 2016 fueron en América del Sur, los del 2021 en Asia, los del 2024 serán en Europa, los del 2028 en América del Norte y luego los del 2032 en Oceanía. Así los hechos, América Latina los ha organizado en dos ocasiones: 1968 y 2016. Entonces, puede ser que Santiago 2036 sea un punto de equilibrio en torno a los convulsionados actuales centros del poder mundial.  

Uno de los temas a decidir es cuál será el equipo que trabajará esta delicada materia o se continuará laborando con los actuales funcionarios de la Corporación Santiago 2023, quienes trabajaron el plan inicial de postulación, las necesidades de la ciudad y los contactos nacionales e internacionales. Hecho ese trabajo, desde la Corporación indican que se le entregó al ministro Jaime Pizarro y éste, a su vez, se lo pasó a La Moneda, la que está convencida que la ocasión es una muy buena oportunidad para poner a Chile en una ventana abierta al mundo.

El mismo presidente Boric expresó en la Cuenta Pública su satisfacción y el total apoyo del Estado por los eventos deportivos internacionales que le corresponde organizar a Chile en los próximos meses y años. Se refería al Sudamericano de Básquetbol Femenino de agosto del 2024;  a la American Cup Femenina de Básquetbol de mediados del 2025; al Mundial de Ciclismo en Pista de 2025; al Mundial de Fútbol Sub 20 masculino del 2025, y a los Juegos Mundiales de Olimpiadas Especiales de 2027, éste último evento donde tomarán parte cerca de 150 países de los cinco continentes.

QUINTO: MANDATO DE SALUD PÚBLICA

Aprovechar esta amalgama positiva de factores es parte de colocar valor agregado a la actividad física y deportiva en forma definitiva. Boric lo dijo en su Cuenta Pública: el que los chilenos nos movamos “es un mandato de salud pública”.

El punto central es que quedarnos sólo con organizar eventos no es suficiente. Nadie duda que son necesarios y motivantes, pero por sí solos no son capaces de transformar a una sociedad. Barcelona en 1992 y Londres en el 2012, organizaron los Juegos Olímpicos y les fue de maravilla, pero en paralelo trabajaron una transformación profunda de cómo un país podría ser mejor si mejoraba sus niveles de calidad de vida a través de la corporalidad en todos los segmentos etáreos, incluido el alto rendimiento.

A propósito de este trabajo integrador, muy social e intersectorial, Boric lo planteó someramente en la Cuenta Pública, pero se echó de menos que no dijese nada sobre cómo va la puesta en escena de la que debiera ser la nueva política nacional de actividad física y deportiva, la misma temática que en su programa de gobierno de 24 puntos, en el número 7 indica que será “actualizada”.

Desde el Ministerio del Deporte se ha indicado que la nueva política se está trabajando y sería planteada prontamente con una visión futura a tres ciclos olímpicos, es decir, coincidentemente para el 2036. Esa herramienta es imprescindible para que todo Chile reme tras un puerto-propósito que sea común. Sin ella, la experiencia mundial demuestra que el puerto será inalcanzable.