Regresa “El traje del novio”, del dramaturgo Felipe Zambrano

La obra dirigida por Héctor Morales vuelve con una nueva temporada en el teatro UC, tras permanecer en cartelera durante noviembre pasado en el GAM.

Por EL ÁGORA / Foto: ARCHIVO

“El traje del novio” es una de las obras elegidas dentro de la Muestra Nacional de Dramaturgia 2022, y vuelve a las tablas los días 8, 9, 10 y 11 de marzo, en el Teatro de la Universidad Católica, en Ñuñoa. La obra es un relato íntimo sobre el reencuentro de Olivia (Diana Sanz) y Francesco Santoni (Guilherme Sepúlveda), cuya relación se vio truncada por la dictadura cívico-militar.

Olivia es una costurera que trabaja en una sastrería en Concepción, donde llega un violinista italiano para que le confeccione su traje de novio. Este hecho desencadena el reencuentro. La obra reflexiona sobre los vínculos humanos, desde el lugar desde donde nos relacionamos, sobre todo con el trasfondo del dolor, la separación y la muerte, que supuso la dictadura en Chile. Es un tema recurrente pero tal vez no agotado.

Felipe Zambrano (foto principal) comentó a El Mostrador que “las piezas teatrales que hablan sobre temáticas de los hechos horrorosos que ocurrieron en dictadura cumplen un rol de memoria, un intento de reparación y de resistir en cuanto a la justicia que no se ha realizado”.

En otra entrevista, que se puede leer en Chile_Cultura, es más explícito y señala que “‘El traje del novio’ es el resultado de un intento por aportar desde las artes escénicas a la visibilidad y la reparación de un daño terrible, generado por el tráfico de guaguas en la Dictadura. La obra busca hilvanar, trenzar, tejer, con el universo nostálgico de la sastrería de escenario, una relación quebrada por fuerzas ajenas y externas a los dos involucrados: una mujer de la tercera edad rota en su ser madre y un hombre maduro que intenta reconstruir sus orígenes ad portas de iniciar una nueva etapa en su vida”.

Como se ve, el tema es más profundo aún, y quizá todas las obras, de alguna manera, traten de los vínculos humanos, al menos de cómo nos vinculamos. En ese sentido, la actualidad de esta obra se desprende de hechos acaecidos durante la dictadura pero que tienen que repararse en el presente, con una memoria activa más que instituida. La memoria es una práctica, no un programa cultural o gubernamental. Es el inagotable comienzo de “Una temporada en el infierno”, de Rimbaud: “Un día, senté a la belleza sobre mis rodillas –y la encontré amarga. –Y la injurié. Estoy armado contra la justicia”.

Quizá la búsqueda de solaz y reparación para las víctimas de la dictadura militar, en particular las mujeres, tenga que ver con armarse contra la justicia. En esa línea está “El traje del novio”. También podría ser “me he amado contra la justicia”. El amor es la única medida que puede reparar las vejaciones que ocurrieron en la dictadura.