U. Católica a la final de la Copa Libertadores
En un nuevo aniversario del equipo “cruzado”, bien vale recordar esa heroica semifinal disputada frente al América de Cali, en Colombia, que significó que el equipo de la pre cordillera pasara a jugar el partido más importante de su historia frente al mítico Sao Paulo de Telé Santana.
Por MATÍAS ALCÁNTARA
La Copa de 1993 fue hermosa, desde el primer partido con Cobreloa en Calama. Pero ese torneo comenzó mucho antes para la UC, cuando consiguió la clasificación en una de las liguillas más emocionantes que se recuerden. Colo Colo le arrebató la opción a la U en el último minuto, para forzar una definición en un clásico universitario que quedó en manos cruzadas con tres conquistas de Juan Carlos Almada, el mismo artillero que con nueve goles finalizaría como el goleador del certamen internacional de ese año.
Para esta sección nos quedamos con la semifinal entre Católica y América de Cali (que llegaba con tres finales en su historia), el mismo rival que este año se cobró su mini revancha al imponerse en San Carlos. Pero el partido de ida de esa llave se jugó en el Estadio Nacional, el 5 de mayo, en medio de un aluvión que dos días antes había castigado a la Quebrada de Macul, con un saldo de 26 fallecidos y miles de damnificados. Ese día la Avenida Irarrázaval, a la altura de Pedro de Valdivia, por donde pasaba la micro en que volvía del colegio, era un temible río torrentoso.
Aun así, el partido se disputó, con una lluvia que cayó torrencialmente y que tuvo al América de Cali con varios mano a mano ante Óscar Wirth, que inició la temporada como suplente pero debido a la lesión del Pato Toledo -fractura de un dedo en un partido amistoso frente a Sao Paulo- se afianzó como titular (el recién contratado arquero Nelson Tapia jugaba a préstamo en Temuco).
Desde la galería vi cómo nuestro hermoso equipo se paraba de igual a igual ante figuras mundiales como Freddy Rincón, el Pitufo de Ávila y Harold Lozano, entre otras estrellas. Pero nosotros teníamos futbolistas que vivían su mejor momento, como Almada y el joven Ricardo Lunari, que aprovechó una vacilación del arquero Gómez para marcar el único tanto del encuentro. Un triunfo de oro que llenaba de esperanzas a Católica. Revisa el gol de Ricardo Gabriel Lunari en Santiago
Al día siguiente, como todo ese primer semestre, el diario mural de mi curso del Lastarria se lucía con las fotos de los diarios que marcaban un nuevo triunfo de Católica, un orgullo para hinchas que por esos años sólo saboreamos el título de la Copa Chile del 91 y un par de liguillas.
Por casualidad me tocó despedir al equipo en el aeropuerto, donde pude saludar a cada jugador que esperaba el vuelo. Todos trasmitían mucha seguridad, esa que en los primeros minutos en el Pascual Guerrero pareció extraviada en el partido de vuelta disputado el 12 de mayo. A los 15 minutos la UC caía 2-0 y parecía que la ilusión se desvanecía. Incluso el equipo dirigido por el Pacho Maturana tuvo el tercero, pero la Católica tenía mucho que decir en esa jornada.
A los 34 minutos, Juan Carlos Almada igualó la serie con un hermoso sombrero que silenció a todo el estadio. Desde el televisor veíamos cómo Católica se acercaba nuevamente a su primera final de la Copa Libertadores, porque en el complemento América perdió la claridad mostrada en los primeros minutos, mientras que la UC se veía cada vez más cómoda en el terreno.
Si bien el resultado era positivo, porque obligaba a una tanda de penales, la historia tenía deparadas dos emociones más para la UC. La primera, luego de un gran pase de Reinoso a Lunari, para que el ex Newell`s definiera con un remate cruzado, un gol que instalaba al cuadro chileno en la final a falta de tres minutos. Pero en los descuentos, luego de una desafortunada decisión de la Vieja -que envió un pase hacia su área-, el uruguayo Ernesto Filippi sancionó penal de Mario Lepe.
Lo peor que podía pasar era ir a los penales, así que no todo estaba perdido. Pero Óscar Wirth dijo otra cosa, porque le tapó el lanzamiento a Escobar y mandó a la UC a su primera final de la Libertadores.
Feliz aniversario Universidad Católica, el equipo más hermoso del mundo.