(VIDEO) Mario Mejías: el poblador que desafió a Pinochet
Luego de 37 años, la Justicia ordenó al Estado indemnizar en 50 millones de pesos al trabajador, secuestrado y torturado en 1987, como represalia por participar en un acto público durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile.

La justicia ordenó al Estado indemnizar en 50 millones de pesos a Mario Mejías Huircán. El obrero fue secuestrado y torturado en 1987, en represalia por su intervención durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile.
El 17° Juzgado Civil de Santiago declaró que las agresiones vividas por el hombre constituían crímenes de lesa humanidad.
Hace 37 años, el trabajador habló en nombre de los pobres ante cientos de miles de personas. Y, con valentía, le contó al Papa sobre los horrorosos crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet. A raíz de esa intervención, la policía secreta -que también dio muerte a su hijo- lo arrestó y torturó.
Qué consigna el fallo
La Justicia condenó al Fisco a pagar la indemnización “por concepto de daño moral. Mario Mejías Huircán fue secuestrado y torturado el 1 de mayo de 1987, en represalia por su intervención durante la visita del Papa. En tanto, el 23 de noviembre de 1989 fue detenido por Carabineros y permaneció privado de libertad durante 34 días por orden la fiscalía militar”.
En el fallo, la jueza Rocío Pérez Gamboa rechazó las excepciones de reparación del daño y prescripción deducidas por el Fisco. Y establece que el poblador de Lo Hermida, en Peñalolén, fue víctima de un crimen de lesa humanidad.
La historia del vocero de los pobres
Mejías, genuino exponente de la fe católica, aunque era profesor tenía que trabajar arreglando bicicletas. Era catequista y casi fue diácono.
Su acto heroico puso de relieve a la Iglesia de los pobres y defensora de los Derechos Humanos durante la dictadura.
Hoy, a los 74 años, con su mujer María, viven la pena de su hijo muerto y las consecuencias sicológicas y físicas de la represión.
El infierno de Lo Hermida
Mejías vivió momentos de terror cuando varios sujetos entraron violentamente a su hogar en Lo Hermida y lo sacaron a la fuerza. Llevado hasta un sitio eriazo en Conchalí, lo golpearon brutalmente, dejándolo con lesiones graves en el rostro y el cuerpo.
Su instinto de sobrevivencia fue tanto, que fingió estar muerto, lo que finalmente hizo que sus agresores detuvieran el ataque y lo abandonaran. A pesar de sus heridas, logró llegar a la Posta Central para recibir atención médica.
El tormento continuó dos años más tarde
En noviembre de 1989 nuevamente cae en manos de Carabineros, mientras participaba en una manifestación en el centro de Santiago.
Durante la protesta expresaba su rechazo a la incineración de archivos de la Central Nacional de Informaciones (CNI). Carabineros lo encarcela durante 34 días.
Años más tarde, presentó una demanda contra el Estado, buscando justicia por las torturas y detenciones que sufrió.
Vea parte de la intervención de Mejías: